Las esferas que protegen vidas en el cielo

Es probable que durante un viaje en carretera, un paseo por el campo o cerca de un aeropuerto, hayas notado unas esferas de color naranja o rojo brillante que cuelgan de los cables más altos de las líneas de alta tensión. Aunque puedan parecer componentes eléctricos complejos, su función es bastante simple.

Su propósito es salvar vidas. Lejos de ser un dispositivo relacionado con el flujo eléctrico de los cables, estas esferas cumplen un rol crucial regulado por normativas internacionales aeronáuticas, siendo su principal misión la visibilidad.

Conocidas como balizas de señalización. Técnicamente llamadas balizas de señalización visual esféricas o esferas de balizamiento, su objetivo es advertir a los pilotos de aeronaves que vuelan a baja altitud sobre la presencia de tendidos eléctricos. Aquí se incluyen helicópteros, aviones ligeros, avionetas de fumigación o servicios de emergencia, e incluso globos aerostáticos.

En situaciones de baja visibilidad, como al amanecer, al atardecer, o simplemente por la delgadez de los cables, una línea de alta tensión puede pasar desapercibida en el paisaje, representando un riesgo de colisión. Las esferas, con sus colores llamativos y tamaño destacable, ayudan a romper el camuflaje del entorno y alertan a los pilotos de potenciales peligros.

Reguladas por la aviación civil. Su colocación es obligatoria en áreas de especial riesgo según la normativa de cada país, la cual generalmente sigue las directrices de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Como resultado, suelen estar bastante estandarizadas.

Pueden observarse cerca de aeropuertos y helipuertos, al cruzar grandes valles o ríos, en zonas montañosas donde las aeronaves pueden volar por debajo de la cima y sobre extensas masas de agua, como lagos o embalses.

Son de un tamaño considerable. El diámetro típico de estas esferas es de al menos 60 cm, aunque pueden llegar a alcanzar los 90 cm. Están hechas de materiales ligeros pero muy resistentes a los rayos ultravioleta, como el poliéster reforzado con fibra de vidrio o polietileno de alta densidad, y pesan entre 5 y 7 kilogramos.

El color más común es el naranja de aviación, pero también pueden ser blancas o rojas, a veces en un patrón alterno, para asegurar la visibilidad en distintas condiciones de luz y fondos variables, como un campo nevado o un cielo nublado. La separación entre esferas no suele exceder los 60 metros, aunque puede reducirse a 30 metros en áreas críticas como las cercanías de una pista de aterrizaje.

Una función adicional. Además de su función principal de seguridad aérea, estas esferas desempeñan un rol ecológico: la protección de las aves. Las colisiones de aves con líneas eléctricas son una causa significativa de mortalidad no natural para muchas especies, especialmente para aves grandes y rápidas como las grullas, cigüeñas y rapaces.

Al igual que para los pilotos, para las aves en vuelo migratorio, los cables son prácticamente invisibles. Las balizas de colores funcionan como disuasores visuales que permiten a las aves detectar el obstáculo y ajustar su rumbo. De hecho, existen dispositivos específicos y a menudo complementarios en este ámbito, conocidos como salvapájaros o desviadores de vuelo para aves.