El transporte metropolitano de Barcelona ha aprendido una lección que el mercado inmobiliario local ya conocía: la afluencia de turistas puede complicar la rutina diaria de los residentes. En un esfuerzo por aliviar la congestión del bus 116, una línea frecuentada por vecinos y turistas que visitaban Park Güell, el Ayuntamiento logró que la ruta fuese eliminada de los itinerarios de Google Maps hace un año. Inicialmente, la estrategia pareció efectiva; la demanda disminuyó al no estar visible en redes.
Sin embargo, los turistas que solían llenar el autobús 116 han comenzado a saturar otras rutas alternativas hacia Park Güell. Los residentes que utilizan estas líneas para ir al trabajo o la escuela ya sienten el impacto en su vida diaria.
Desapareciendo del mapa. La decisión del Ayuntamiento de Barcelona de ocultar la línea de bus 116 en Google Maps fue drástica, pero necesaria. Esta línea de autobús, pequeña y con capacidad limitada, pasaba cerca de Park Güell, un destino que atrae a más de cuatro millones de turistas anualmente.
La combinación de poca capacidad y alta demanda llevó a una saturación frecuente del bus 116, frustrando a los residentes que lo usaban para sus quehaceres diarios. A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento por aumentar la frecuencia y número de buses, la medida no resultó suficiente, por lo que decidieron «invisibilizar» la ruta en Google Maps.
¿Funcionó la estrategia? En parte. La afluencia de turistas en el bus 116 disminuyó, como reconocieron conductores y vecinos. Aun así, el problema de la presión turística en el sistema de transporte no se resolvió del todo, ya que esta se redistribuyó hacia otras líneas, según datos de elDiario.es.
Atentos al 24 y V19. Datos de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) reflejan que mientras el bus 116 perdió pasajeros, las líneas 24 y V19, rutas alternativas hacia Park Güell, experimentaron un aumento en la demanda.
Entre 2023 y 2024, el abono de visitantes «Hola Barcelona» registró una caída del 86% en el bus 116, mientras que en la línea 24 aumentaron las validaciones un 32%. Por su parte, la V19 transportó más de seis millones de personas en 2024, incrementando un 10% respecto a 2023. Para mitigar la saturación, TMB reforzó ciertas secciones durante los fines de semana.
¿Nuevo desvío de pasajeros? Aunque TMB niega un trasvase de pasajeros, algunos vecinos afirman que la presión del bus 116 se ha trasladado a otras líneas como la 24.
«Muchas veces no he podido subir porque cuando hay tantos turistas ni siquiera abren las puertas», comentaba una estudiante barcelonesa sobre el bus que toma a diario. «Ya va lleno por la mañana, y a veces llego tarde porque no puedo subir», añadía otra vecina de La Salut que utiliza la ruta 24. Algunos sugieren que el problema de fondo es más antiguo.
Una situación complicada. Aparte del posible redireccionamiento de turistas, otros factores afectan la demanda del transporte urbano, como el incremento general en su uso y el turismo.
Los datos de ATM revelan un aumento del 7% en el uso del transporte público en 2024, coincidiendo con 15,5 millones de turistas ese año. Aunque el número de visitantes se mantuvo casi igual al de 2023, el gasto por persona creció un 8,7%.
Desafío complejo. La saturación inicial del bus 116 y la presión sobre otras líneas como la 24 y V19 representan un desafío tanto para la calidad del servicio como para la percepción de Barcelona como un destino atractivo.
ElDiario.es entrevistó recientemente a una familia de turistas búlgaros que se mostró sorprendida tras subir al bus 24 en Plaza de Catalunya: «Está llenísimo, qué agobio». Sin embargo, seguían utilizando el servicio por su conveniencia para llegar a Park Güell. La masificación en destinos como Barcelona ha llevado a la guía de viajes Fodor’s a incluirla en su «No list 2025», destacando lugares que podrían verse afectados por su popularidad.
Imágenes | Stay Grounded (Flickr) y M.Peinado (Flickr)
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