China, lÃder mundial en energÃas renovables, está enfrentando desafÃos en su floreciente industria solar. A pesar de sus sorprendentes avances como la ‘Gran Muralla solar’ y el aerogenerador más grande del planeta, el paÃs tiene un exceso de empresas compitiendo ferozmente en el sector solar. Este exceso está afectando incluso a los más grandes fabricantes.
Con miras a evitar una crisis de precios internos, la industria intentó un acuerdo de autocontrol similar al de la OPEP en el petróleo, pero los resultados han sido mixtos.
Saturación. Desde 2021, China ha trabajado en su plan para alcanzar cero emisiones netas para el 2060, con ambiciosos objetivos de instalar al menos 1.200 GW de capacidad solar y eólica para 2030. Esto atrajo a muchas empresas al mercado, incluso aquellas fuera del sector energético, creando una sobreoferta de paneles solares.
La falta de coordinación resultó en una guerra de precios y la producción se disparó a unos 1.200 GW anuales, asfixiando tanto a competidores extranjeros como a las propias industrias chinas.
Exceso de oferta. Aunque pueda parecer beneficioso, esta producción supera en exceso la demanda mundial proyectada para 2024 y 2030. Esto forzó a muchas compañÃas a bajar precios, incluso por debajo de costos, lo que produjo pérdidas económicas e incitó a algunas, como GLC Technology, a solicitar apoyo estatal.
La razón, según el South China Morning Post, es que los precios de la cadena de producción han caÃdo dramáticamente, entre un 60% y un 80% desde sus máximos en 2023, dejando a las empresas con pérdidas.
Intentando manejar la situación al estilo OPEP. Mientras la demanda no se mantuvo al mismo ritmo, el crecimiento de instalaciones solares a nivel mundial se redujo del 87% en 2023 al 29% en 2024. En China, el crecimiento cayó del 55% al 28%. Este entorno llevó a que varios importantes productores experimentaran pérdidas y redujeran empleos.
Para controlar la descontrolada producción, en diciembre la CPIA buscó emular la estrategia de la OPEP con un pacto de autocontrol entre 33 fabricantes. Establecieron cuotas basadas en la capacidad de producción y fijaron precios mÃnimos sugeridos, con la esperanza de estabilizar el mercado.
Problemas iniciales. Sin embargo, poco después del pacto, un proyecto en Xinjiang violó los acuerdos fijados al ofrecer precios mucho más bajos de los establecidos, debilitando la confianza en el acuerdo.
Este incidente ha sido un golpe para una industria que veÃa en el pacto un recurso clave para proteger las empresas y empleos antes de enfrentar más cierres y despidos.
Intervención gubernamental. La preocupación es compartida por el gobierno, que teme que las pérdidas puedan afectar la calidad y competitividad de la industria solar de China a largo plazo. Para contrarrestar esto, el gobierno introdujo medidas para frenar la expansión, ajustando los requisitos de capital para nuevos proyectos y limitando el consumo de agua y electricidad.
Las nuevas regulaciones buscan reducir la producción a un rango más manejable, aunque la tarea de asegurar que todas las fábricas cumplan con ellas es considerable, como indica la analista Jessica Jin de S&P Global.
Un desafÃo considerable. La industria solar en China ha crecido rápidamente y sin control suficiente, y ahora se encuentra en un proceso de regulación para alinearse con la demanda real.
El liderazgo de China en el sector de paneles solares se enfrenta a su reto más grande: regular su auge para mantener la competitividad y calidad en un mercado global en constante evolución.
Imágenes | Korea Aerospace Research Institute
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