Pocas metáforas son tan efectivas para ilustrar un problema global como el hecho de apelar al estómago. En marzo del año pasado, Japón dio la sorpresa al mundo con una noticia que dejó perplejos a muchos: el wasabi sufría un periodo de escasez. Aunque el arroz con curry también se vio afectado, las razones eran claras: el auge de la gastronomía japonesa en el mundo había incrementado la demanda, pero el cambio climático también jugaba un papel crucial en el déficit de producción. La más reciente factura climática de Japón es una advertencia que no debe tomarse a la ligera.
La amenaza económica del cambio climático. Japón, un país familiarizado con los desastres naturales, está experimentando un aumento alarmante en los costes asociados a los efectos climáticos. A pesar de su vasta experiencia en resiliencia y gestión de riesgos, sigue enfrentándose a algunas de las pérdidas económicas más significativas a nivel mundial.
Para ponerlo en perspectiva, un informe de la Cámara de Comercio Internacional señala que entre 2014 y 2023, Japón acumuló pérdidas climáticas por un total de 90.8 mil millones de dólares. Esta cifra solo es superada por Estados Unidos, China e India, países con una población y extensión territorial considerablemente mayores.
El futuro no pinta mejor. Los pronósticos a largo plazo son incluso más preocupantes. Según un análisis de diciembre pasado, si las políticas climáticas mundiales no cambian, Japón podría enfrentarse a daños por 952 billones de yenes (equivalentes a 6 billones de dólares) de aquí a 2050, cifra que supera ampliamente el valor nominal actual de su economía, valorada en 591.9 billones de yenes, según la Oficina del Gabinete.
La impotencia ante el inminente peligro. Japón tiene una historia plagada de desastres naturales, como el terremoto de Noto en 2023, el tifón Hagibis en 2019 o el devastador terremoto y tsunami de marzo de 2011. Recientes advertencias sobre un posible mega sismo en la Fosa de Nankai han subrayado aún más la constante amenaza que enfrenta el país.
De hecho, Japón se posiciona en el sexto lugar del Índice de Riesgo de Desastres de la empresa de telecomunicaciones Intersec, que evaluó las pérdidas económicas y humanas en casi 160 países entre 2000 y 2024. Japón registró pérdidas económicas totales de 2.35 billones de dólares y 543 víctimas fatales y/o heridos, en relación a su población de 124 millones.
Imagen del Tsunami de 2011
El dilema “urbano” y su peligrosidad. Japón enfrenta un desafío común en los desastres naturales: la concentración de la población en áreas de alto riesgo. Con vastas líneas costeras, una alta densidad de activos en zonas urbanas y la falta de recursos naturales, el país es excepcionalmente vulnerable a desastres de gran magnitud.
A pesar de estos riesgos, Japón ha minimizado la pérdida de vidas humanas gracias a avanzadas estrategias de gestión de riesgos, como sistemas de alerta temprana, infraestructura resiliente y planes de respuesta ante emergencias. Sin embargo, los costos económicos siguen disparándose.
La urgencia de la acción. Según Japan Times, el cambio climático está incrementando la frecuencia y gravedad de fenómenos meteorológicos extremos en Japón, como inundaciones, tifones e incendios forestales.
Un estudio de la Cámara de Comercio Internacional analizó cerca de 4.000 eventos extremos entre 2014 y 2023, concluyendo que las pérdidas económicas mundiales alcanzaron los 2 billones de dólares. Japón figura entre los países más afectados, con costos económicos más elevados que Alemania, aunque por debajo de India.
Repercusiones en Japón. El año pasado, las pérdidas económicas globales por desastres naturales alcanzaron los 320 mil millones de dólares, de los cuales solo 140 mil millones estaban asegurados, de acuerdo con Munich Re. Esta cifra es la quinta más alta desde 1980 y supera los promedios de las últimas décadas.
Para Japón, se prevé que el cambio climático podría disminuir su Producto Interno Bruto (PIB) casi un 10% anual a menos que se implementen políticas más ambiciosas. Un modelo del Grupo de Inversionistas de Asia sobre Cambio Climático estima que las pérdidas totales hasta 2050 podrían alcanzar los 970 billones de yenes, lo que afecta significativamente los ingresos de las familias japonesas. Según proyecciones, Japón podría ser más afectado que Estados Unidos y Europa.
Iniciativas y adaptación. La pregunta crítica para Japón y el mundo es cómo mitigar los desastres o adaptarse. A pesar de las sombrías perspectivas, el Times señala que Japón tiene el potencial para liderar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero mediante el desarrollo de tecnologías innovadoras, como baterías avanzadas y energía eólica marina.
Un informe reciente sugiere que si Japón adopta un escenario de emisiones netas cero para 2050, su economía podría recibir un impulso de 13.6 billones de yenes anuales, además de ahorros de 40 billones de yenes al año en comparación con las actuales políticas climáticas. Asimismo, Japón ha asumido un papel de liderazgo en el financiamiento de iniciativas internacionales para ayudar a países vulnerables, contribuyendo con 10 millones de dólares al Fondo de Pérdidas y Daños de la ONU.
El impacto en el bolsillo nipón. Los japoneses ya sienten el efecto del cambio climático en sus seguros. En octubre de 2024, las principales aseguradoras del país subieron las tarifas de seguros contra incendios en un 10% en promedio, marcando el cuarto aumento desde 2019.
La Organización de Tarifas de Seguros Generales de Japón vinculó estos incrementos al creciente riesgo de desastres inducidos por el cambio climático. Además, según el grupo Insure Our Future, los desastres relacionados con el cambio climático representaron más de 600 mil millones de dólares en pérdidas aseguradas entre 2002 y 2022.
Estos datos subrayan la urgencia de una acción climática más contundente para mitigar los impactos económicos y sociales de este reto global.
Imagen | 岩手県宮古市, Douglas Sprott, Climate and Ec
Deja una respuesta