En Europa, los servicios de computación en la nube ofrecidos por Amazon Web Services (AWS), Google Cloud y Microsoft Azure son esenciales para gobiernos y empresas de todos los tamaños. Este modelo permite acceder a recursos tecnológicos avanzados bajo un esquema de pago por uso, evitando así la necesidad de invertir en servidores propios.
Si bien este enfoque ha sido exitoso durante mucho tiempo, recientemente han surgido problemas. Además de los costos, a veces más altos de lo esperado, ahora aparecen preocupaciones geopolíticas. Estas inquietudes se han intensificado con el retorno de Donald Trump a la presidencia de EE.UU., provocando que algunos en Europa consideren un cambio de dirección.
Europa busca alternativas más allá de EE.UU.
Recientemente, un grupo de organizaciones europeas envió una carta abierta a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y a Henna Virkkunen, responsable digital de la UE. En ella solicitan “acciones radicales” para reducir la dependencia de servicios digitales extranjeros y promueven soluciones locales, desde hardware hasta plataformas en la nube.
Simultáneamente, el Parlamento de los Países Bajos aprobó varias mociones instando a reemplazar el software y hardware estadounidenses por soluciones locales. El objetivo es contratar a proveedores neerlandeses para servicios similares, fortaleciendo así su soberanía digital con una nube nacional sustentada en tecnología local.
Además, como informa Wired, compañías europeas como Exoscale de Suiza están viendo un incremento en la demanda de sus servicios debido a empresas que buscan independizarse de las nubes estadounidenses. Según Mathias Nöbauer, CEO de Exoscale, incluso en Dinamarca, las empresas están reconsiderando sus proveedores debido a las tensiones políticas entre EE.UU. y el gobierno danés respecto a Groenlandia.
Aún no hay evidencia de que el movimiento hacia alternativas locales se esté dando de manera masiva, aunque hay iniciativas en marcha y algunos comienzan a dar pasos en esa dirección. Un cambio de este tipo podría ser problemático para las tecnológicas estadounidenses, que ya han implementado ajustes para retener a sus clientes europeos.
En respuesta, algunas compañías extranjeras han comenzado a establecer servidores dentro de la UE para asegurar que los datos se mantengan en territorio comunitario. Además, han mejorado la seguridad para que solo los clientes tengan acceso a sus datos, subrayando la importancia continua de los servicios en la nube en el funcionamiento diario.
Un reto complejo en todos los aspectos
La decisión de cambiar de proveedor en la nube no es fácil. Ya sea un servicio estadounidense o europeo, la migración demanda un gran esfuerzo, puede interrumpir las operaciones y requiere planificación meticulosa. Existen riesgos como la pérdida de datos o problemas de compatibilidad, sobre todo cuando las arquitecturas difieren.
Incluso en un escenario donde todo transcurra sin problemas, el cambio puede ser más largo de lo deseado. La duración estará influida por el tamaño y complejidad de la organización y los servicios involucrados. Para las empresas con operaciones críticas, un cambio requiere no solo voluntad, sino también estrategia, recursos técnicos y la capacidad de manejar impactos imprevistos.
Imágenes | ALEXANDRE LALLEMAND | DC Studio
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