El Papa Francisco murió debido a un derrame cerebral, seguido de un coma y un colapso cardiovascular irreversible. El deceso se produjo a las 7:35 de la mañana el 21 de abril, en su residencia ubicada en la Casa Santa Marta.
El profesor Andrea Arcangeli, quien dirige la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, confirmó estas causas en el informe de defunción que fue divulgado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Según el informe médico, el Papa tenía un historial de insuficiencia respiratoria aguda causada por una neumonía bilateral multimicrobiana, además de padecer bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes tipo II.
La muerte fue confirmada por un electrocardiograma tanatológico. “Declaro -escribió Arcangeli- que las causas de la muerte, según mi conocimiento y conciencia, son las arriba indicadas”.
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