Si hay una palabra que resume el clima comercial actual, esa es “arancel”. La Administración Trump ha impuesto aranceles a prácticamente todos los países, destacando el elevadísimo 145% sobre algunos productos chinos, con una respuesta del 125% por parte de China. En este contexto, los vendedores chinos buscan ingeniosas, aunque no siempre legales, estrategias para esquivar estos aranceles y seguir operando en el mercado estadounidense. Una de las tácticas empleadas es el reetiquetado de productos.
Sin embargo, este plan ha sido descubierto por las autoridades surcoreanas.
El Proceso de Reetiquetado. Según Reuters, las aduanas de Corea del Sur (KCS) han destapado una operación de reetiquetado de productos chinos. Empresas de China trasladan sus productos a Corea del Sur, reemplazan la etiqueta de origen por una surcoreana y luego los exportan a otros países.
La lógica es clara: mientras que los aranceles sobre productos chinos son prohibitivos, Corea del Sur goza de un trato más favorable, temporalmente suspendido, convirtiéndola en un conducto ideal para esquivar barreras arancelarias y mantener acceso al mercado estadounidense.
Los Productos Detectados. No estamos hablando de productos menores; las aduanas surcoreanas han identificado mercancías de “alto valor”. Algunos ejemplos incluyen cámaras de vigilancia valoradas en 19.300 millones de wones (12,9 millones de euros) y materiales para baterías de 3.300 millones de wones (2,2 millones de euros), entre otros.
Estos productos llegan a Corea del Sur, a menudo con un procesamiento mínimo o inexistente, se reetiquetan como surcoreanos y se envían a Estados Unidos. Esto se debe a que Corea del Sur tiene un acuerdo de libre comercio con EE.UU., convirtiéndose en un atractivo puente para evitar aranceles.
Una Práctica Común. Este tipo de tácticas no son nuevas. Durante la guerra comercial anterior (donde Huawei fue un punto focal), las compañías chinas ya recurrían a estos métodos, utilizando etiquetas de origen vietnamita, malaya o surcoreana para eludir restricciones. Sin embargo, las recientes medidas arancelarias han intensificado estas actividades, como confirma el servicio aduanero surcoreano.
Durante el primer trimestre del año, se detectaron violaciones de origen de productos por 29.500 millones de wones (19,7 millones de euros), el 97% con destino a Estados Unidos. Para comparar, en 2024, las violaciones ascendieron a 34.800 millones de wones (23,3 millones de euros), de las cuales el 62% se dirigieron a EE.UU.
Medidas e Implicaciones. La vinculación entre los aranceles recientes y el reetiquetado es evidente, lo que ha llevado a Corea del Sur a reforzar su vigilancia para interceptar estos productos. Se ha creado un equipo especial para investigar y combatir esta práctica mediante inspecciones sorpresa y una cooperación más estrecha con las autoridades estadounidenses.
No obstante, esta estrategia podría perjudicar la reputación de empresas legítimas que exportan sus productos, obligando a las administraciones a proteger la seguridad y reputación de las exportaciones, focalizando la sospecha en empresas con cadenas de suministro poco transparentes.
Un Método que Persiste. Tal como informa Enterprise, Corea del Sur no es el único país utilizado como vía de escape. En febrero se develó que algunas empresas chinas enviaban mercancías a México para reetiquetarlas y posteriormente distribuirlas en Estados Unidos, estrategia que ha demostrado ser eficaz.
Un ejemplo que ilustra situaciones fuera de los presentes aranceles es la industria del cabello en Corea del Norte. Estas empresas importan cabello de China, lo ensamblan en extensiones o pelucas, lo devuelven como producto terminado a China, donde se distribuye etiquetado como hecho en China, obviando su origen norcoreano.
Fuente de las imágenes: Xataka
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