Mark Zuckerberg ya era el rey de las redes sociales, pero en 2013 Facebook trató de adueñarse de nuestros móviles. Lançó Facebook Home como un lanzador para Android y se asoció con HTC para lanzar el HTC First con esa interfaz preinstalada.
Esa iniciativa no prosperó.
Principalmente, Facebook Home fue el problema. En cuestión de horas en Google Play, alcanzó un récord indeseado: casi el 50% de sus usuarios lo calificaron con una sola estrella. El lanzador era útil para los fanáticos de la red social, pero poco funcional para el resto.
Anteriormente, la empresa ya habÃa intentado introducirse en el mercado de móviles con HTC. En 2011, integraron un botón dedicado, aunque pocos lo recuerdan, en los HTC ChaCha y HTC Salsa. Dos años después, quedó claro que ese camino no era el adecuado. Facebook abandonó esta ambición —también intentada por Amazon— y enfocó sus esfuerzos en otros ámbitos. Intentaron ser «todistas», pero no resultó.
No es la única empresa en querer abarcar todo en el ámbito tecnológico. Las grandes tecnológicas nos tienen acostumbrados a estos intentos. Microsoft, por ejemplo, tras dominar el PC y el software de oficina, intentó seguir tendencias como el iPod (fracaso con Zune), el buscador (Bing creció ligeramente, pero no suficiente) y los móviles (triste historia de Windows Phone). Quisieron ser todistas, sin lograrlo.
Google, lÃder en búsquedas y parte del duopolio iOS-Android, también buscó diversificarse lanzando su propia red social. La experiencia fue tan negativa (o peor) que la de Facebook en el ámbito móvil: Google+ es, desafortunadamente, uno de los mayores fracasos de la empresa.
Incluso Apple exploró (supuestamente) el ámbito automovilÃstico y terminó cancelando el Project Titan. Es sorprendente que Apple no lograra ingresar en este sector, mientras que una empresa más pequeña como Xiaomi lanzó exitosamente el Xiaomi SU7. El fabricante chino es un pequeño éxito del «todismo», quizás merecerÃa un reconocimiento renovado.
Hasta Amazon quiso sacar su propio móvil. Salió fatal.
La más reciente en perseguir el «todismo» es OpenAI, quien ya cuenta con un producto popular (ChatGPT) y busca conquistar otros mercados. El primero es el de las búsquedas, con ChatGPT Search; incluso tienen en mente su propia red social y navegador, si no logran adquirir Chrome.
Esta ambición es legÃtima y razonable. Cuando se posee un producto exitoso, utilizarlo como trampolÃn para nuevas conquistas es una opción lógica y estratégica.
El caso de Apple y el iPhone es ejemplo de esto. Sin embargo, que funcione en algunas instancias no garantiza el éxito universal o total.
Servicios como Apple Music y Apple TV+ han fortalecido el ecosistema de la compañÃa, pero no lideran sus segmentos. Apple no requiere dominio total, ya que estos servicios son un complemento valioso a su oferta general, y eso es suficiente éxito para ellos.
Constantemente nos topamos con la realidad de que la filosofÃa del «todismo» rara vez triunfa. Y este fracaso recurrente confirma el conocido refrán que las cabezas de Silicon Valley deberÃan considerar.
Quien mucho abarca, poco aprieta.
Imagen | Xataka con ChatGPT
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