Los precios del café en los bares suelen variar según el lugar, el tipo de grano y los acompañamientos. Sin embargo, en la Barceloneta, zona turÃstica de Barcelona, ha surgido un nuevo factor: el tiempo que tardas en consumirlo. En la terraza de un restaurante, el coste del café puede aumentar si el cliente se toma más de 30 minutos, o incluso más de una hora, en terminar la bebida. Esto también se aplica al té.
La medida ha generado polémica.
Relación entre café y tiempo. En la céntrica Plaça de la Barceloneta, cercana al Museo de Historia de Cataluña, una pequeña cafeterÃa llamada Perfetto ha captado la atención en redes sociales. Una usuaria de X, @maria_lostia, compartió una imagen mostrando una tabla de precios junto al mensaje: «En la Barceloneta, si quieres un café tienes que tomártelo en menos de 30 minutos».
El tuit de MarÃa ha alcanzado alrededor de 302,000 visualizaciones y ha sido noticia en medios locales y nacionales, no tanto por su texto, sino por la tabla de precios que exhibe. Estos precios varÃan, mostrando el coste de bebidas como café con leche, capuccino, cortado, espresso o té, según el tiempo que los clientes ocupen la terraza. A mayor tiempo, mayor coste.
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Costo: 1,6, 2,5 o 4 euros. Por ejemplo, el precio inicial de un café con leche es de 1,6 euros. Si el cliente supera los 30 minutos, el precio sube a 2,5 euros, y si pasa de una hora, asciende a cuatro euros. Lo mismo ocurre con el capuccino, los cortados, los espressos o el té. Una taza de té cuesta dos euros, pero si se rebasa la media hora, sube a tres, y a cuatro tras una hora.
El incremento de precio supuestamente corresponde al tiempo que el cliente pasa disfrutando de la terraza. Aunque es común que los locales cobren un extra por el servicio en terraza, es menos habitual que el coste dependa del tiempo de ocupación, lo cual puede ser frustrante para el propietario si un cliente se extiende más de una hora con una sola consumición.
«Los negocios no son rentables». elDiario.es ha hablado con Massimo, el dueño del local, quien cuenta que decidió mostrar la tabla de precios tras un altercado entre clientes por la falta de espacio. «Una noche, unos clientes se cansaron de esperar una mesa y discutieron con otros que llevaban horas ahà sin consumir», cuenta el dueño. Para él, la tabla es una «advertencia», una manera de concienciar a los clientes.
Pese a la precisión de las tarifas, Massimo asegura que no las sigue al pie de la letra. «En realidad es una especie de broma. Solo aplicamos este cobro si hay clientes esperando. A nadie le gusta ver cómo alguien ocupa una mesa sin consumir nada», comenta. Aunque sea una «broma», el dueño reconoce que los clientes que prolongan su estancia con una sola bebida afectan la rentabilidad del negocio. «No se puede estar muchas horas sin consumir. Si no, los negocios no son rentables».
Una práctica no tan nueva. Cobrar más según el tiempo que se pasa en una terraza no es común, pero hay otras estrategias que sà son frecuentes en el sector, como exigir una consumición mÃnima o reservar mesas por un tiempo definido. Actualmente, es usual que, al hacer una reserva, el restaurante informe sobre un lÃmite de tiempo para el uso de la mesa.
Otra práctica similar es limitar el tiempo en las terrazas para evitar que los clientes ocupen las mesas con una sola bebida. En 2022, El Periódico informó sobre ciertos hosteleros de Barcelona que aplicaban tarifas según el tiempo de estancia, con carteles que indicaban la duración permitida según el consumo: un refresco permitÃa 30 minutos, una comida una hora y media.
El trasfondo del debate. Aunque Perfetto ha sido el centro de atención, su medida refleja debates más profundos en el sector de la restauración. Por un lado, cómo rentabilizar negocios en un contexto difÃcil, con precios al alza (especialmente del café) y la crisis de formatos antiguos como los menús del dÃa. Por otro lado, el impacto de la turistificación en ciudades como Barcelona, afectando a la vida cotidiana y el comercio local.
El turismo es una importante fuente de ingresos, pero también presiona aspectos básicos de las ciudades, como la vivienda y los negocios locales. Un informe reciente de Málaga advertÃa que una presión excesiva puede desplazar a los negocios autóctonos, reemplazándolos por tiendas de souvenirs y comercios orientados a turistas.
Imágenes | Bryan Dijkhuizen (Unsplash) y Raimond Klavins (Flickr)
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