La irrupción de la inteligencia artificial en diversos sectores ha generado un abanico de opiniones. En el terreno laboral, algunos celebran su potencial para aumentar la productividad, mientras que otros temen por la estabilidad de sus empleos. No obstante, existe un ámbito donde la inteligencia artificial ha encontrado una cálida bienvenida: el entorno estudiantil. La IA puede ser una valiosa aliada para los estudiantes, y sin duda, ofrece nuevas maneras de hacer trampas académicas.
Desde las clásicas chuletas hasta el acceso a internet con recursos como Wikipedia o Encarta, nunca antes los estudiantes habÃan contado con una herramienta capaz de crear textos personalizados con tan solo proporcionar un buen prompt. Esto ha desatado una dinámica de persecución entre profesores y estudiantes, donde los primeros enfrentan un reto creciente: la IA avanza velozmente y los métodos para detectarla aún son poco fiables.
Una Herramienta de Doble Filo Según el Conocimiento
Más allá de las estrategias de evaluación o la construcción de efectivos prompts, el acceso a esta poderosa herramienta que facilita la creación de trabajos académicos (al menos para alcanzar una calificación aprobatoria) podrÃa tener un efecto adverso: desalentar el aprendizaje, algo que algunos miembros de la Generación Z ya han comenzado a notar. Todos hemos sentido esa frustración cuando un problema se resiste a nuestra comprensión, obligándonos a releer, ensayar, errar y finalmente, a buscar consejo.
El escritor estadounidense Nicholas Carr, experto en tecnologÃa y negocios, plantea que cuando una persona utiliza una máquina para automatizar una tarea, el resultado puede ser uno de tres:
- La habilidad en la actividad mejora.
- La destreza se deteriora.
- La habilidad nunca se desarrolla.
¿Qué define cada uno de estos resultados? El grado de dominio sobre la materia. Un ejemplo ilustrativo: si eres un desarrollador experimentado y usas ChatGPT para ayudarte a depurar código, podrÃas identificar fallos y descubrir nuevas soluciones. Sin embargo, si estás en proceso de aprendizaje, ese valioso proceso de cuestionamiento y experimentación puede quedar truncado por la intervención de la IA.
No obstante, incluso para quienes dominan su campo, un uso excesivo de la inteligencia artificial puede disminuir la práctica y, a largo plazo, reducir la habilidad. Como en el caso de mi padre, un carpintero jubilado que, al dejar de trabajar con madera, ha visto mermada su destreza. La falta de práctica conlleva un deterioro.
Perder habilidades es perjudicial, pero no adquirirlas es aún más grave. A medida que la inteligencia artificial se integra en diversos escenarios, los tres escenarios ocurrirán, pero el tercer caso es especialmente preocupante: los estudiantes de hoy serán los profesionales del mañana, capacitados para utilizar tecnologÃa sin comprender plenamente sus fundamentos. Esto afectará el ingenio y la creatividad profesional, resultando en un déficit de práctica.
El aspecto preocupante es que la inteligencia artificial puede utilizarse integralmente en el ámbito educativo, desde el instituto: para evitar la lectura y escritura, resumir y entender conceptos básicos. Adoptar la inteligencia artificial tiene implicaciones para el aprendizaje fundamental.
Cuando se entrega un trabajo estudiantil, lo significativo no es el producto final, sino el proceso de investigación y razonamiento crÃtico que lo precede. El proceso es el verdadero núcleo del aprendizaje, según Clay Shirky, Vicerrector de IA y TecnologÃa Educativa de la Universidad de Nueva York, quien lo resume: «el verdadero resultado del curso es la experiencia del estudiante«.
Mi profesor de ecuaciones diferenciales solÃa decir: «nada que no cuesta aprender puede denominarse conocimiento», subrayando la importancia de enfrentar dificultades. Antes, eludir el esfuerzo podÃa llevar a suspender, pero con la IA generativa, nos enfrentamos a un dilema más complejo: pensar por qué esforzarse cuando ChatGPT puede hacerlo por ti.
Lo que la IA ofrece no es aprendizaje auténtico, sino una ilusión del mismo. Es posible que parezca que los trabajos se realizan de manera más eficiente con IA, pero a largo plazo, se aprende menos. Un estudio de la Universidad de Pensilvania en 2024 sobre los impactos de la IA en estudiantes de secundaria es revelador:
«El acceso a GPT-4 mejora significativamente el rendimiento académico (en términos de calificaciones), pero al retirar el acceso, los estudiantes obtienen resultados inferiores a aquellos que nunca utilizaron la tecnologÃa.»
Esto plantea una paradoja: no desarrollar habilidades básicas debido al uso de la inteligencia artificial implica que cuanto más temprano y más frecuente es su uso, peor resulta la creación de prompts. Diseñar un buen prompt requiere comprender bien el problema, descomponerlo en subtareas y conocer el contexto y propósito.
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Portada | Foto de Solen Feyissa en Unsplash y Foto de Nathan Cima en Unsplash
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