En los paÃses nórdicos a menudo encontramos modelos a seguir, y Dinamarca ha sido pionera al prohibir los productos de Google en distintas instituciones educativas. Este enfoque empieza a resonar en algunas escuelas españolas. La asociación madrileña Adolescencia Libre de Móviles insta a padres y centros a presentar denuncias contra Google ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), debido a la creciente presencia de Google Workspace for Education entre los estudiantes, lo cual genera inquietud respecto al papel de una multinacional con intereses privados en el sector educativo.
El costo de lo «gratuito»… «Es preocupante que las instituciones no desconfÃen de que una empresa con tanto lucro esté dispuesta a digitalizar gratuitamente un sector como la educación», señala Simona Levi de la plataforma activista Xnet a El Periódico. Esta postura representa bien las preocupaciones dentro del ámbito educativo.
Por un lado, los centros reciben acceso a la plataforma educativa de Google y utilizan dispositivos como los Chromebook. La controversia radica en entregar a Google la gestión educativa, en detrimento de servidores privados y herramientas de código abierto que favorecerÃan la independencia del sistema educativo español.
La postura de la AEPD. Frente a este debate, el Instituto Nacional de TecnologÃas Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) consultó a la AEPD. El informe publicado a principios de este año resultó desfavorable en su valoración.
El documento señala que «dicho tratamiento no superarÃa el juicio de proporcionalidad por no resultar necesario», en referencia al uso de herramientas de Google en un grupo vulnerable como el de los menores, sugiriendo que existen opciones «menos intrusivas».
Falta de información a los padres. Un aspecto esencial es que no se está informando adecuadamente a los padres sobre las implicaciones de usar la plataforma de Google en las escuelas. Aunque no necesariamente son negativas, es imprescindible que estén claramente expuestas y comprendidas por los afectados.
Un colegio recibió este año una multa de 5.000 euros por no informar a los padres sobre el manejo de datos personales mediante los Chromebooks, con información limitada a una carta que enlazaba a polÃticas de privacidad, sin detallar ni de Google Workspace ni de otras aplicaciones utilizadas, como Kahoot.
Los padres no habÃan sido suficientemente informados sobre el tratamiento de los datos de sus hijos, lo que desató la sanción.
La defensa de Google. En un comunicado, Google explica que gestionan adecuadamente los datos: no los comparten ni los usan para crear perfiles personales, están cifrados, cumplen con el RGPD y no son utilizados para entrenar IA. Subrayan que sus prácticas son auditadas, destacando que los centros educativos son quienes poseen y son responsables de los datos, no Google.
Alternativa para la soberanÃa educativa. Algunas instituciones educativas están satisfechas con el acceso a las herramientas de Google para educación, incluso dentro del programa ‘Google Reference School’. Sin embargo, existen movimientos que promueven el uso de herramientas libres, como la ‘Suite (DD)’, una plataforma de código abierto desarrollada por la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y Xnet.
A pesar de estas iniciativas, que aún se encuentran en fases piloto, Google y Microsoft continúan distribuyendo sus herramientas educativas en España, sin un debate suficiente sobre si queremos que el futuro de la educación española dependa de estas compañÃas.
Imagen | Prudhoe West Academy
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