Los aviones de hoy en día son más modernos, cómodos y amigables con el medio ambiente, permitiéndonos disfrutar de películas durante el vuelo. Sin embargo, hay algo notable que no han conseguido: reducir el tiempo que se tarda en llegar a destino comparado con las aerolíneas de hace 30 años o más. Aunque parezca contradictorio, los vuelos actuales son más lentos que antaño.
Curiosamente (o no) también son más puntuales.
Parece un sinsentido, pero tiene su lógica.
¿Vuelos más lentos? Así es, significativamente más lentos. Recientemente, Ben Blatt, un reportero enfocado en periodismo de datos, investigó en la Oficina de Estadísticas de Transporte de EE.UU. y encontró algo inesperado: las aerolíneas han prolongado la duración de sus vuelos.
En un artículo en The New York Times, Blatt destaca que, desde mediados de los años 90, la duración estimada de un vuelo entre los aeropuertos de John F. Kennedy en Nueva York y Los Ángeles ha aumentado en 23 minutos.
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¿Hay más ejemplos? Sí, varios. Blatt no es el primero en notar este fenómeno. En 2018, la revista Which Travel publicó un estudio señalando un aumento promedio de 35 minutos en la duración de los vuelos en una década. Análisis adicionales han encontrado esta tendencia en rutas de Ryanair y Virgin Atlantic.
Antes de la pandemia, la BBC también reportó casos similares. Por ejemplo, un vuelo entre Nueva York y Washington DC pasó de durar 45 minutos en 1960 a 75 minutos en 2019. Situación similar a la del trayecto Nueva York-Los Ángeles analizado por Blatt, que aumentó de cinco horas en los 60 a más de seis horas.
¿Por qué se alargan los trayectos? Blatt sugiere que la duración de casi toda la operación ha aumentado en los últimos 30 años, desde el embarque hasta el tiempo de vuelo.
Comparando vuelos entre JFK y LAX en 1995 y 2023, los retrasos en el embarque aumentaron de ocho a 13 minutos. El taxi-out time aumentó de 24 a 25 minutos, y el taxi-in time subió de ocho a 11 minutos. En el aire, el tiempo pasó de 5 h 20 m en 1995 a 5 h 29 m en 2023. Al final, el tiempo total del trayecto se incrementó de 6 h a 6 h 18 m.
¿Y son más puntuales? Sí, aunque los vuelos actuales parecen ser más lentos, son más puntuales que hace décadas. En el caso del trayecto JFK-LAX, el 37% de los vuelos en 2023 llegaron pasados de tiempo, en comparación con el 51% en 1995. Ahora, la mayoría de los vuelos llegan a su destino a tiempo o antes.
A pesar de esto, el panorama no es simple. Aunque es menos frecuente que los vuelos tengan retrasos menores, ha aumentado el número de vuelos con grandes demoras.
«Cuando las cosas se complican, se complican mucho», ironiza Blatt. Los vuelos con retrasos de 90 minutos o más han aumentado.
Pero… ¿Por qué? ¿Qué ha llevado a que los vuelos sean más largos que hace 30 años? El secreto radica en el «horario de arrastre» o «de relleno», un margen de tiempo que las aerolíneas incluyen en sus horarios.
Parece extraño que las aerolíneas no ajusten más sus horarios para ser competitivas, pero ese margen les ofrece varias ventajas.
¿Qué ventajas ofrece? La principal es la satisfacción del cliente. Este margen permite a las aerolíneas ser más puntuales, lo que es favorable para su imagen. Además, pueden evitar penalizaciones económicas en caso de retrasos.
«Con el horario de arrastre, las aerolíneas juegan con el sistema», plantea Michael Baiada, presidente de la consultoría de aviación ATH Group. Llegar exactamente a tiempo, «A0», es crucial para evitar problemas de planificación. Sin embargo, si se llega dentro del margen «A14», no se considera retraso según el Departamento de Transporte de EE.UU.
¿Es problemático? Si el vuelo llega dentro del margen establecido, ¿qué problema hay con el «horario de arrastre»? Algunos, como Baiada, argumentan que genera costos adicionales en combustible, ruido y CO2. Optimizar la eficiencia podría reducir costos y beneficiar al medio ambiente.
Baiada advierte que, a pesar de mejorar los datos de puntualidad, «más del 30% de los vuelos aún llegan más de 15 minutos tarde cada día».
¿Es todo negativo? No del todo. Las aerolíneas destacan sus inversiones en eficiencia y sostenibilidad, esenciales para su futuro. En algunos lugares ya se debate la prohibición de vuelos cortos si existen alternativas más sostenibles, como el tren. Lavanya Marla, profesora de ingeniería de sistemas, señala que aunque han aumentado los retrasos graves, se busca optimizar la operación diaria.
Con una programación eficiente, es posible operar con menos personal. Sin embargo, ante situaciones imprevistas, podría no haber margen de maniobra.
¿Y eso qué implica? «Con una planificación bien elaborada, se puede trabajar con menos personal. Pero ante imprevistos, el cronograma puede no ser flexible», advierte Marla. Aunque los tiempos de rodaje han aumentado, el tráfico se ha intensificado más.
Por ejemplo, el tiempo de taxi-out en LaGuardia es de 24 minutos ahora frente a los 19 de los años 90, un incremento del 26%. Sin embargo, las salidas han subido un 64% con el mismo número de pistas.
Imágenes | Anete Lūsiņa (Unsplash) y Rocker Sta (Unsplash)
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