La historia comienza como los mejores filmes. A finales de 1940, altos funcionarios de EE.UU. y Dinamarca se reúnen a petición de los estadounidenses. En el trasfondo, surge una oferta inusual: EE.UU. desea comprar un pedazo de Groenlandia por $100 millones. Así inicia una negociación con un desenlace dramático, recientemente revelado gracias a la tecnología de radar de la NASA.
El descubrimiento de la NASA. En abril de 2024, durante un vuelo sobre Groenlandia, la NASA detectó algo inusual: los restos de lo que parecía ser una base militar. Un análisis posterior confirmó que se trataba de Camp Century, una base secreta establecida por EE.UU. en 1959 durante la Guerra Fría.
Este hallazgo fue posible gracias al radar de apertura sintética de vehículo aéreo no tripulado de la NASA, inicialmente empleado para mapear las capas internas de la capa de hielo. Las imágenes capturadas revelaron las estructuras de la base con una claridad sin precedentes, aunque algunas distorsiones estaban presentes debido a la tecnología utilizada.
Camp Century. Diseñada para alojar hasta 200 soldados, esta «ciudad» fue abandonada en 1967. Desde entonces, quedó enterrada bajo más de 30 metros de hielo y nieve, junto con toneladas de desechos radiactivos de su reactor nuclear. Originalmente destinada a la investigación polar, esta ubicación ahora yace oculta en el desierto helado, y su historia es más compleja de lo que parece.
Contexto. En el marco de la Guerra Fría, surgió una duda razonable: ¿Por qué EE.UU. querría un pedazo de esa parte inhóspita y helada del planeta, especialmente ofreciendo nada menos que $100 millones en ese tiempo? En respuesta a esta pregunta, la delegación estadounidense afirmó que el país buscaba establecer una base aérea. Además, el interés militar incluía el acceso permanente a la capa de hielo para desarrollar diversas técnicas de construcción sobre y bajo el hielo.
¿Qué hizo Dinamarca? Aunque Dinamarca no accedió a la venta, el país europeo sintió gratitud tras la Segunda Guerra Mundial. Por ello, el gobierno danés otorgó permiso a los estadounidenses para establecer su base aérea y permitió que ingenieros del Ejército exploraran y encontraran una área desolada, plana y remota de la capa de hielo donde pudieran experimentar con técnicas de construcción. Como resultado, EE.UU. inició dos proyectos: la Base Aérea de Thule (ahora Base Espacial Pituffik) y otra iniciativa ubicada a 150 millas de distancia, bautizada como «una ciudad bajo el hielo».
Esta es Camp Century, vista por el radar aéreo de la NASA.
Camp Century. Este era el nombre en clave para un ambicioso proyecto. Ubicada a unas 150 millas de la Base Aérea de Thule, Camp Century fue construida entre 1959 y 1960. El complejo constaba de 21 túneles de acero con un total de 9,800 pies. También contaba con diversas instalaciones, incluidas áreas de descanso, un hospital, zonas recreativas, una cocina y una planta nuclear que suministraba energía para iluminación y calefacción en todo el complejo, operada por un reactor nuclear PM-2.
La base fue diseñada para albergar a 200 personas y empleó tecnología innovadora, como pozos que derretían el hielo en agua potable y sistemas de ventilación avanzados. A pesar de enfrentar temperaturas extremadamente bajas de -70 grados Fahrenheit y vientos de hasta 120 mph, la base ofrecía un refugio seguro contra ataques nucleares. Además, contaba con túneles interconectados y un sistema de tren eléctrico para el transporte interno. Sin embargo, la inestabilidad del hielo finalmente hizo que todo el plan fuera inviable, y el proyecto fue abandonado en 1967.
La icónica portada de la edición de febrero de 1960 de Popular Science sobre las ventajas del proyecto.
Armas nucleares. Pasaron años y décadas sin noticias sobre el tema hasta mediados de la década de 1990, cuando investigadores daneses revelaron documentos desclasificados de EE.UU. Estos documentos indicaban que EE.UU. había volado rutinariamente armas nucleares sobre Groenlandia en la década de 1960. Además, en contra de las declaraciones públicas hechas por el gobierno estadounidense al firmar el acuerdo con Dinamarca, los archivos también revelaron que los estadounidenses habían almacenado armas nucleares en la Base Aérea de Thule.
Los investigadores también descubrieron que el gobierno danés había estado al tanto de las prácticas estadounidenses todo el tiempo y había estado engañando a sus ciudadanos durante 30 años, un escándalo que en Dinamarca se conoció como “Thulegate.”
Proyecto Iceworm. Poco después, un informe detallando un proyecto drásticamente diferente de lo que se había presentado entonces reveló un gran descubrimiento. Con el nombre en clave Proyecto Iceworm, el plan pretendía determinar la viabilidad de excavar pozos verticales profundos en el hielo de Groenlandia.
La intención detrás de esto era ocultar hasta 2,100 silos de misiles nucleares y 60 centros de control de lanzamientos. El Ejército de EE.UU. movería estos misiles a través de trenes subterráneos para evitar su detección, asegurando una respuesta rápida, si fuese necesario, especialmente en vista de los enclaves soviéticos cercanos.
Revelaciones adicionales. Los documentos desclasificados también revelaron que los misiles nucleares, denominados “Iceman,” eran una variante inédita destinada para experimentos bajo el hielo. También se descubrió que los ingenieros del Ejército experimentaron inicialmente con técnicas de construcción en el hielo en una instalación secreta de Groenlandia conocida como Camp Fistclench. Este campamento de investigación finalmente llevó a la construcción de Camp Century, que se estableció para probar diseños avanzados de hielo “nuclear” mientras se presentaba públicamente como una iniciativa científica.
Una valiosa base de investigación científica. A pesar de su abandono, Camp Century sigue proporcionando valiosos conocimientos. La investigación inicial realizada allí permitió a los ingenieros perforar profundamente la capa de hielo de Groenlandia y extraer algunos de los primeros núcleos de hielo profundo. Esto marcó un avance significativo en la ciencia porque los investigadores pudieron obtener material que anteriormente era inaccesible.
Hoy en día, estos núcleos de hielo siguen siendo cruciales para la comprensión científica. En particular, los análisis químicos de las capas de hielo han ayudado a establecer una conexión entre los gases de efecto invernadero atmosféricos y las temperaturas globales. Estos análisis contribuyen a una mejor comprensión de las condiciones climáticas pasadas y pueden ayudar a prever los posibles impactos del cambio climático en el futuro.
Imagen | Tina Rolf | Archivos Nacionales
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