En 2014, un jefe anterior me regaló Rework, de Jason Fried y DHH. Lo consumà rápidamente. A pesar de que el libro ya tenÃa cuatro años, lo encontré increÃblemente relevante y me cautivó. Diez años después, al volver a leerlo, me he topado con una obra completamente diferente.
Lo que en 2014 consideraba como un manifiesto radical sobre nuevas maneras de trabajar, algo que recién empezaba a experimentar, hoy lo percibo como un análisis certero de las complejidades del entorno laboral moderno.
Las crÃticas a las reuniones improductivas, el rechazo al crecimiento desmedido —una filosofÃa que Basecamp, empresa de los autores, defiende—, y la falacia de las largas jornadas laborales… Todos estos temas no solo siguen siendo relevantes, sino que incluso se han intensificado tras la pandemia.
No solo el libro ha resistido bien el paso del tiempo (¡2010!), sino que mi propia vida y trayectoria han cambiado la manera en la que lo interpreto.
Las ideas que antes consideraba revolucionarias ahora me parecen puro sentido común. Lo que sonaba provocativo, hoy es pragmático. Con el tiempo y la experiencia, muchas de las predicciones de aquel libro han demostrado su validez, revelando significados que no logré captar en la primera lectura.
Esto me ha llevado a reflexionar sobre el valor de releer. No se trata solo de recordar, sino de descubrir aquello que pasamos por alto. Es como si cada lectura activara nuevas capas de comprensión: la primera ofrece un panorama general, pero las subsecuentes añaden matices, conexiones y una comprensión más profunda.
Existen dos formas en que esto ocurre:
- Por un lado, la relectura cercana en el tiempo. Regresar a un libro poco después de haberlo terminado, cuando ya no estamos enfocados en seguir la trama o entender conceptos básicos. Aquà podemos percibir las conexiones sutiles y comprender mejor.
- Por otro lado, la relectura distante, como mi experiencia con Rework. Volver años después, cuando la vida nos ha brindado más experiencia, nuevas perspectivas y algunas canas.
Con el tiempo, nuestra comprensión se transforma. No solo entendemos mejor: entendemos de manera diferente.
Esto me ha motivado a dar más espacio a las relecturas en mi vida. No por nostalgia, ni por temer a lo nuevo, sino porque cada nueva lectura de algo valioso es un descubrimiento. Los buenos libros, al igual que las buenas ideas, maduran con nosotros.
Imagen destacada | Radu Marcusu en Unsplash
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