El fondo marino suele ser visto como un entorno difÃcil y poco acogedor. Sin embargo, hay personas que no dudarÃan en establecerse en este lugar tan apartado. Además, hay quienes están dispuestos a facilitarles el camino, desarrollando infraestructuras habitables para las profundidades oceánicas.
La Vanguardia. DEEP es una empresa que se dedica a esta labor especÃfica. Están trabajando en el proyecto Vanguard, un prototipo de hábitat submarino que, si todo avanza según lo programado, podrÃa colocarse cerca de las costas de Gales en un futuro cercano.
El proyecto Vanguard busca impulsar la tecnologÃa de hábitats submarinos que permitan estancias prolongadas en las profundidades marinas. Este módulo, que mide 12 metros de largo y 7,5 metros de ancho, está diseñado para funcionar durante aproximadamente 28 dÃas a profundidades de 200 metros, proporcionando espacio para una tripulación de tres personas.
«Vanguard nos ofrecerá experiencia tanto operativa como de construcción que será vital para Sentinel. Es uno de los pasos importantes hacia una presencia humana permanente bajo el mar, y representa un avance emocionante para la exploración y tecnologÃa subacuáticas», comentó Kristen Tertoole, CEO de DEEP, en una nota de prensa.
Sentinel. Vanguard es solo el inicio para Sentinel, un proyecto más ambicioso que busca desarrollar un hábitat modular que funcione como residencia y laboratorio para equipos de seis personas. La naturaleza modular de estos hábitats permitirá ampliar su capacidad de alojamiento en el futuro.
¿Y por qué? La idea de «trasladarse» al fondo del mar puede parecer extraña, pero tiene un propósito significativo. No se trata solo de turismo extremo (aunque sin duda esto podrÃa atraer a muchos), sino de descompresión.
Las misiones de investigación subacuática, y otras como las de rescate, están limitadas por el tiempo necesario para que el cuerpo humano se adapte a nuevas condiciones de presión. A ciertas profundidades, este proceso de adaptación puede ser más largo que la misión en sÃ.
Al operar desde una base submarina, se reduce el tiempo necesario para esta adaptación, facilitando el trabajo de los buzos y acortando los tiempos de operación. Esto es aplicable tanto a investigaciones oceanográficas como a operaciones de rescate acuático.
Un desafÃo considerable. DEEP enfrenta múltiples retos desde sus instalaciones en la costa del canal de Bristol. Uno de ellos está relacionado con la atmósfera dentro del habitáculo, como explicó Rick Goddard, director de ingenierÃa de la empresa, a la revista IEEE.
El aire dentro de estos módulos no es igual al que respiramos en la superficie. El nitrógeno se vuelve peligroso en esas condiciones, por lo que debe ser reemplazado por otros gases, como el helio.
Una atmósfera de helio presenta sus propios desafÃos. Por ejemplo, el helio es un mejor conductor térmico que el nitrógeno, por lo que debe calentarse para asegurar el confort de los habitantes de las cápsulas submarinas. Esto también afecta el diseño de los componentes electrónicos del módulo.
FLIP. Además de Vanguard y Sentinel, DEEP trabaja en otros proyectos: En 2024, la compañÃa adquirió FLIP, una de las plataformas de investigación marina más singulares, capaz de «ponerse de pie» en pleno océano. Pretenden reacondicionar este buque, que estaba destinado al desguace, para seguir usándolo en investigaciones oceánicas.
Imagen | DEEP
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