Las recientes evaluaciones de la NASA han aumentado la probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 colisione con la Tierra al 2,3%, cifra que la Agencia Espacial Europea (ESA) también ha corroborado, estimando un 2,27% de riesgo.
Para aquellos que estaban siguiendo las cifras, en tan solo una semana de análisis, la posibilidad de que este asteroide impacte con nuestro planeta ha pasado de 1 entre 83 a 1 entre 43.
Aunque las posibilidades siguen siendo bajas, son suficientemente significativas como para que las unidades de defensa planetaria de la NASA y la ESA estén reforzando su vigilancia. Incluso el telescopio espacial James Webb, con un valor de 10.000 millones de dólares, estará observando atentamente al asteroide.
Aunque 2024 YR4 no parece excepcional, con un diámetro entre 40 y 90 metros, podría devastar una ciudad entera si logra atravesar la atmósfera e impactar en una zona urbana. ¿Cuándo? El 22 de enero de 2032. ¿Dónde? Podría ser en cualquier punto desde el este del océano Pacífico hasta el norte de América del Sur, el Atlántico, África, el mar Arábigo y el sur de Asia.
Es importante mencionar que estas predicciones de impacto se basan en el cálculo del cociente entre el diámetro de la Tierra y la amplitud de la zona de incertidumbre del asteroide, derivado de simulaciones.
El desafío radica en que 2024 YR4 está alejándose de la Tierra en una órbita elíptica, dificultando su detección con aparatos convencionales. En unas semanas será tan tenue que incluso telescopios de cuatro metros podrían tener dificultades para captarlo.
Desde abril, se necesitará el Webb o el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral para seguir rastreándolo hasta que el asteroide reaparezca en junio de 2028. El monitoreo de la trayectoria de un asteroide es un proceso dinámico que probablemente ofrecerá sorpresas y emociones.
Con cada observación adicional del asteroide y su trayectoria, la probabilidad de impacto podría aumentar inicialmente para después reducirse gradualmente hasta llegar a cero, confirmando la principal expectativa: que el asteroide no chocará con la Tierra.
En caso contrario, existe la buena noticia de que la humanidad ya ha probado su capacidad para desviar asteroides. En 2022, la misión DART de la NASA mostró que es posible alterar la trayectoria de un objeto espacial mediante una colisión cinética. Este hito es la prueba de que contamos con la tecnología y el conocimiento para intentar proteger nuestro planeta.
Por lo pronto, la ONU ha puesto en alerta al Grupo Asesor de Misiones Espaciales (SMPAG), que ha decidido reunirse nuevamente a finales de abril o principios de mayo, con el fin de evaluar posibles medidas de mitigación si la probabilidad de impacto persiste o aumenta.
Imagen | Daniel Bamberger
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