Recientemente, discutíamos sobre la apertura de un corredor entre el anticiclón de las Azores y la depresión en Islandia. Además, analizábamos la posibilidad de que España se beneficiara significativamente de esta situación meteorológica.
Sin embargo, nuestras expectativas fueron demasiado optimistas. Basta con observar el cielo para notar que este fenómeno parece no tener fin.
¿Qué ha sucedido? En los días venideros, dos sistemas están complicando el clima en la península. Por un lado, un frente frío avanza lentamente por el oeste de la península Ibérica. Por otro, una DANA se mueve desde el golfo de Cádiz hacia el centro de Argelia.
El meteorólogo Ángel Rivera explicaba que esto es la consecuencia del cierre de esa vasta vaguada histórica.
Y esto volverá a ocurrir. Actualmente, una «extensa borrasca fría» se encuentra en el corredor atlántico, pero parece que no nos afectará significativamente. Esto se debe a que al suroeste, una dorsal ha comenzado a fortalecerse, desplazando la borrasca hacia Europa.
Además, se está formando un muro anticiclónico entre Canarias y la boca del Cantábrico, lo que provocará el desarrollo de una DANA que cruzará el Golfo de Cádiz y, según las predicciones, se moverá hacia el norte de África.
En resumen, las esperanzas de lluvia en España se ven constantemente frustradas. Como mencionamos, parece un perpetuo ciclo sin fin.
¿Qué clima se espera? La AEMET ha sido clara en su pronóstico. Entre lunes y miércoles, la atención se centra en Canarias, con fuertes vientos y diversos avisos emitidos. Galicia podría experimentar tiempo inestable, mientras que el resto de la península solo verá algunos chubascos dispersos.
El jueves promete ser un día soleado, y durante el fin de semana, el mencionado frente cruzará la península, dejando alguna lluvia. Para el domingo, el sol hará su regreso. Las temperaturas se sentirán más como si estuviéramos en primavera.
Y ahí radica el problema. Hemos experimentado dos inviernos cálidos consecutivos sin fríos extremos, y la lluvia mantiene su comportamiento errático. Esto nos coloca en una situación delicada: pronto, la sequía podría volver a afectarnos gravemente.
Un ejemplo claro es el Embalse de Sau, en Barcelona, que a pesar de las recientes lluvias, se encuentra en un estado crítico, con solo el 8% de su capacidad. Es una advertencia para los sistemas Ter-Llobregat, la cuenca del Segura y las cuencas mediterráneas andaluzas. El buen tiempo actual presagia dificultades futuras. Sol hoy, sed mañana.
Imagen | ECMWF
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