Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), más del 96,5% del agua de la Tierra se encuentra en océanos y mares. En comparación, la atmósfera solo contiene un minúsculo 0,001% de este recurso vital, representando menos de 13.000 kilómetros cúbicos de agua dulce.
Sin embargo, en momentos críticos de sequía, cada gota cuenta.
Capturando la niebla. Un equipo de investigadores ha desarrollado con éxito una técnica para extraer agua de la niebla, logrando recolectar entre 0,2 y 5 litros de agua por metro cuadrado al día.
Un entorno desolado. Para evaluar el método, los científicos optaron por Alto Hospicio, una localidad en el desierto de Atacama, uno de los lugares más secos del mundo, donde las precipitaciones apenas alcanzan un milímetro al año.
Esta ciudad depende de acuíferos subterráneos para su suministro de agua, pero estos no han sido recargados en miles de años. La expansión de la ciudad ha llevado a que aproximadamente 10.000 personas vivan en asentamientos informales, sin acceso al sistema de agua potable.
“La recolección de agua de niebla es una oportunidad crucial para mejorar la vida de los residentes”, afirmó Virginia Carter Gamberini, coautora del estudio, en un comunicado.
Una técnica “novedosa”… Durante un año, los investigadores probaron esta tecnología en Alto Hospicio, logrando recolectar de 0,2 a 5 litros de agua por metro cuadrado al día. En los meses de agosto y septiembre de 2024, la cifra alcanzó hasta 10 litros diarios por metro cuadrado.
“Este estudio redefine el uso del agua de niebla como una fuente viable para las ciudades, especialmente bajo la presión del cambio climático”, comenta Carter Gamberini. “La niebla puede ser una solución complementaria para zonas urbanas en regiones áridas.”
No obstante, el método tiene restricciones; su efectividad se limita a elevaciones altas fuera de entornos urbanos.
…que no es tan reciente. Aunque recolectar agua de la niebla no es una idea nueva, Carter Gamberini sugiere que su aplicación a gran escala es especialmente relevante hoy.
Los dispositivos usados en el estudio consisten en redes que atrapan la humedad del aire. Esta se condensa y se canaliza hacia un depósito, donde puede ser utilizada en distintas aplicaciones, desde el consumo humano hasta la agricultura.
El experimento fue detallado en la revista Frontiers in Environmental Science.
Lecciones aprendidas. El éxito de la recolección de agua de niebla depende de las condiciones locales, como clima y geografía. En España, se están considerando iniciativas similares en áreas con condiciones adecuadas.
Imagen | Virginia Carter Gamberini
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