La estrategia de China con los modelos de IA Open Source se ha convertido en un golpe inesperado para los escépticos. No era fácil prever que el gigante asiático se volcarÃa en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial abiertos y accesibles para todos, pero en los últimos meses, el paÃs ha dado una singular lección al mundo.
Existen sólidas razones para ello.
Especialmente si consideramos que su principal competidor, EE. UU., ha adoptado un enfoque completamente contrario. A excepción de casos notables como el de Meta con Llama —que posiblemente sirvió de inspiración para los modelos chinos—, las grandes tecnológicas y startups que compiten en la carrera de la IA prefieren un modelo cerrado y propietario. Lo nuestro es nuestro: puedes utilizarlo, pero no te explicaremos (demasiado) cómo funciona, es su mensaje subyacente.
Sin embargo, en las últimas semanas, China ha demostrado que existe otra manera de proceder. Y de hacer las cosas bien. Alibaba, Baidu y Tencent han inundado el mercado con modelos de IA Open Source, un hecho realmente sorprendente en un paÃs conocido por su secretismo y afán de control.
Previo a la aparición de DeepSeek, la competencia entre EE. UU. y China seguÃa el guión esperado. La primera nación buscaba obstaculizar la industria tecnológica china mediante prohibiciones y restricciones. Nada de exportar chips avanzados de IA ni de revelar los secretos de su tecnologÃa.
Se anticipaba que China responderÃa con desarrollos secretos y cerrados, pero la aparición de DeepSeek cambió el juego. En primer lugar, mostró que China ya estaba a un nivel excepcional en IA. En segundo lugar, eligió un enfoque Open Source, invitando al mundo a experimentar con DeepSeek y aprender de él.
Desde entonces, han surgido numerosos modelos procedentes de China que superan las capacidades de DeepSeek R1 y demuestran una intensa competencia interna por liderar este segmento. Qwen 2.5 Max (Alibaba), Doubou 1.5 Pro (ByteDance), Ernie 4.5 (Baidu), Hunyuan Turbo S (Tencent) y Kimi k1.5 (Moonshot AI) son algunos ejemplos recientes de este dinámico movimiento, pero lo realmente impresionante es el enfoque abierto de muchos de estos modelos.
Como señala Financial Times, «en los negocios y en geopolÃtica, la generosidad rara vez carece de estrategia«. La razón detrás de la apertura de los modelos de IA chinos es atraer talento que fortalezca sus modelos y les permita ganar la carrera.
China está logrando sortear las sanciones de EE. UU. descentralizando su desarrollo y captando el interés de desarrolladores globales para estudiar y mejorar estos modelos.
Además, la apertura mundial de los modelos chinos hace que las restricciones para usar chips avanzados de IA de NVIDIA pierdan efectividad. Aunque China no pueda utilizarlos, los paÃses occidentales con acceso a estos chips pueden entrenar y optimizar modelos basados en los modelos Open Source chinos, esquivando asà las sanciones. Es una especie de «no importa que no podamos entrenar nuestros modelos con los mejores chips de NVIDIA: otros lo harán fuera de China».
La estrategia parece estar dando frutos. El interés y la popularidad de los modelos chinos crecen, y su calidad ya está a la par de los mejores modelos cerrados de OpenAI, Anthropic o Google. Si hay modelos abiertos con rendimiento similar a ChatGPT, Claude o Gemini, que además son Open Source y gratuitos o más económicos, ¿por qué optar por las alternativas de pago? En muchos casos, la respuesta será clara: no hay necesidad.
Naturalmente, la apuesta de China conlleva riesgos. Es posible que empresas extranjeras aprovechen los avances chinos para desarrollar modelos propios que sean superiores o que se ajusten a otros mercados.Â
Perplexity, por ejemplo, ha creado R1 1776, una versión Open Source de DeepSeek R1 que elimina la censura y los sesgos impuestos por ciertos modelos chinos —que no responden a preguntas sobre los eventos de la plaza de Tiananmen—. Probablemente, esto no haya sido del agrado del gobierno de PekÃn, pero era inevitable.
A pesar de todo, China está logrando lo que se proponÃa. Y la solución no estaba en cerrarse más al mundo, sino, paradójicamente, en abrirse a la filosofÃa Open Source.
¿Quién lo hubiera imaginado?
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