En marzo, un grupo de cuatro ingenieros chinos se dirigió a Malasia, cada uno con una maleta cargada de discos duros que contenían 80 TB de datos. Aunque este equipaje podría parecer inusual, para ellos era parte de una estrategia crucial: entrenar modelos de inteligencia artificial sin infringir las restricciones impuestas por Estados Unidos.
Un plan intrigante. Estos ingenieros depositaron sus discos duros en un centro de datos de Malasia, donde alquilaron 300 servidores equipados con los más recientes chips de IA de NVIDIA. Este movimiento, según informa The Wall Street Journal, les permitió entrenar sus modelos de inteligencia artificial con gran eficacia. Retornaron con una sola maleta que contenía cientos de GB de datos, incluyendo los parámetros vitales para la operación de su modelo de IA.
Eludiendo el veto de EE.UU.. Durante años, las empresas chinas de IA han lidiado con las restricciones estadounidenses diseñadas para bloquear la exportación de chips y tecnologías avanzadas. Recientemente, Huawei ha presentado los Ascend 910D como competidores de NVIDIA, mientras China, en el pasado, obtenía estas GPUs especializadas a través de mercados no oficiales o intermediarios.
Cuando la montaña no viene a Mahoma. Ante estas limitaciones, otra estrategia viable para acceder a chips avanzados es alquilar servidores en países donde ya están disponibles, en lugar de intentar importar estas tarjetas a China. Así lo hicieron estos ingenieros, planificando la operación con meses de antelación, de acuerdo con WSJ.
Transporte de datos físico. Optaron por llevar los discos duros físicamente, evitando la transferencia de grandes volúmenes de datos por internet, lo que hubiera consumido más tiempo. Durante más de dos meses, perfeccionaron los conjuntos de datos y prepararon meticulosamente el proceso, conscientes de que ajustarlo en Malasia sería complejo.
Una empresa pantalla. Para no levantar sospechas, crearon una subsidiaria en Kuala Lumpur, designando a tres ciudadanos malayos como responsables y utilizando un holding offshore como matriz, según documentos mercantiles. Este movimiento tenía por objetivo prevenir investigaciones que pudieran frustrar su plan.
Centros de datos en Asia. Este ingenioso método podría ser utilizado por otras empresas chinas, como sugiere el diario. La capacidad de los centros de datos en el sudeste asiático está en aumento. En Singapur, Malasia, Tailandia e Indonesia, ya operan centros con una capacidad combinada de 2 MW, similar a la de Londres y Frankfurt.
Malasia bajo la lupa. Malasia destaca por su acelerado crecimiento en la creación de centros de datos, importando chips de IA por 3.400 millones de dólares desde Taiwán en marzo y abril, superando el gasto total de 2024. Este tipo de operaciones, donde ingenieros chinos viajan con discos duros para formar modelos de IA, preocupa al Gobierno de EE.UU., que busca contener el acceso de China a esta tecnología.
Preocupaciones en Oriente Medio. Recientemente, Donald Trump ha establecido acuerdos inéditos con naciones de Oriente Medio. Estos convenios permiten la exportación de chips avanzados a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, reguladores estadounidenses advierten sobre la posibilidad de que estos chips terminen siendo utilizados en China.
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