Estamos comenzando a entender cuán crucial es nuestra microbiota, especialmente en lo que respecta a los microorganismos presentes en nuestro sistema digestivo, conocido como microbioma gastrointestinal. Diversos aspectos de nuestra salud que, en un principio, podrían parecer desconectados de lo que ocurre en nuestros intestinos, ahora se vislumbran como correlacionados con esa rica flora de bacterias y hongos que habitan en nuestro interior.
Impacto de las proteínas en el microbioma. Un estudio reciente revela que la fuente de proteínas en nuestra dieta puede modificar la composición y estructura del microbioma intestinal, es decir, del conglomerado de microorganismos que reside en nuestro sistema digestivo. Este experimento, llevado a cabo con ratones, mostró notables cambios en la microbiota en respuesta a alteraciones dietéticas.
“Cada vez que variamos la fuente de proteínas, la composición del microbioma gástrico se modificó significativamente”, declaró Alfredo Blakeley-Ruiz, coautor del estudio, en un comunicado. “Fuentes de proteínas como el arroz integral, la levadura y las claras de huevo tuvieron los mayores efectos funcionales”.
La diversidad en las fuentes de proteína. Las proteínas son cruciales, ya que aportan los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo utiliza para sintetizar sus propias proteínas. Aunque se suele considerar a los alimentos de origen animal, como carnes, pescados y huevos, como las principales fuentes de aminoácidos, no son las únicas disponibles.
La presencia de alternativas sugiere la posibilidad de diversos impactos sobre nuestra salud y bienestar, especialmente a través del microbioma.
El papel de los aminoácidos. Para llevar a cabo su investigación, el equipo utilizó espectrometría de masas de alta resolución junto con metagenómica y metaproteinómica. Esto permitió observar cómo variaba el microbioma intestinal de los ratones al recibir sus proteínas de una única fuente durante una semana, antes de cambiar a otra.
Descubrieron que ciertas fuentes de proteína estaban asociadas con cambios significativos. Estos cambios se reflejaban no solo en el modo en que los ratones metabolizaban los aminoácidos, sino también en la manera en que sus sistemas digestivos descomponían azúcares complejos, algo menos evidente.
Dietas enriquecidas con arroz integral y claras de huevo, según el estudio, aumentaban la degradación de aminoácidos, sugiriendo que los microorganismos intestinales de los ratones utilizaban esas proteínas para obtener aminoácidos. Los detalles de este estudio se publicaron recientemente en The ISME Journal.
Un ambiente altamente controlado. El equipo de investigación reconoció ciertas limitaciones, entre ellas la simplicidad de la dieta en un entorno de laboratorio. Los ratones recibieron una dieta con una única fuente de proteínas, un cambio radical que no siempre es representativo de las dietas humanas.
Además, la extrapolación de resultados de modelos animales a humanos no siempre es directa. Es previsible que cambios tan marcados en la dieta de los ratones provocaran modificaciones significativas en su microbioma. Una dieta más diversa, con múltiples fuentes de proteínas, probablemente haría menos evidentes estos efectos.
Imagen | Mart Production
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