Durante años, Bill Gates ha estado comprometido con inversiones destinadas a mitigar el cambio climático y los efectos del calentamiento global. Ahora, en su esfuerzo continuo por respaldar esta causa, las grandes fortunas han encontrado una manera de enriquecerse aún más: remover CO2 de la atmósfera y almacenarlo bajo tierra.
Un Nuevo Mercado Lucrativo. Según un informe de The New York Times, el consorcio de inversión para el clima, Breakthrough Energy Ventures, que cuenta con el apoyo de magnates como Gates, Jeff Bezos, Masayoshi Son de SoftBank y el príncipe al-Waleed bin Talal de Arabia Saudita, ha destinado 40 millones de dólares a la startup Deep Sky.
El negocio de Deep Sky consiste en extraer dióxido de carbono del aire mediante un proceso químico. Aunque no es la única empresa que trabaja en esto y está lejos de convertirse en una solución climática definitiva, sí abre la puerta a un mercado multimillonario para las próximas décadas.
El Proyecto de Deep Sky. Deep Sky planea construir la planta Deep Sky Alpha en Alberta, Canadá, para comenzar a implementar y expandir su tecnología de captura de CO2 atmosférico utilizando diversas técnicas.
Según Forbes, Deep Sky utiliza un sistema que combina grandes ventiladores con extractores para emplear la técnica de Captura Directa de Aire (DAC). Durante este proceso, el aire es aspirado y el CO2 filtrado mediante compuestos químicos. Una vez capturado, se separa del material que lo atrapó y se puede almacenar en formaciones subterráneas o utilizar en aplicaciones industriales como la fabricación de materiales de construcción o combustibles sintéticos.
Un Sector de Miles de Millones. Breakthrough Energy Ventures apoya a más de 800 pequeñas empresas dedicadas a la eliminación de carbono, apostando por un crecimiento explosivo. Se estima que el mercado podría alcanzar un valor de 1,2 billones de dólares para 2050.
Según un informe de Mckinsey, las empresas podrían invertir hasta 10.000 millones de dólares el próximo año en tecnologías para disminuir las emisiones de sus procesos. Información de The New York Times indica que compañías como Stripe, H&M, JP Morgan y Meta han comprometido más de 1.000 millones para la eliminación de CO2. Otras firmas como Airbus, Equinor y Boeing también han anunciado presupuestos para compensar sus emisiones de carbono.
Escepticismo Ambiental. A pesar de las cuantiosas inversiones proyectadas, los ambientalistas son cautelosos respecto al impacto real de estas tecnologías, como resalta un informe de Naciones Unidas. Insiste en que las técnicas de eliminación por ingeniería no han sido probadas a nivel tecnológico ni económico a gran escala, y podrían conllevar riesgos ambientales y sociales desconocidos.
Al Gore, ex vicepresidente de EE.UU. y fundador de Climate Trace, declaró en el NYT: «No podemos confiar en que esta tecnología esté disponible en el tiempo que necesitamos para reducir emisiones. Debemos detener el consumo de combustibles fósiles de inmediato», subrayando que es crucial frenar el uso de estas fuentes de energía para enfrentar el cambio climático.
Emisiones en Aumento. Mientras se desarrolla la tecnología de captura de CO2, las emisiones continúan en aumento, contradiciendo los esfuerzos por reducir los contaminantes.
Las empresas compran créditos climáticos para compensar sus emisiones, lo que, en lugar de disminuirlas, a menudo solo incrementa la cantidad de emisión al pagar por ellas.
La Ilusión de los Créditos de Carbono. Un ejemplo notorio es el uso de jets privados, uno de los transportes más contaminantes que, sin embargo, ha visto un aumento en su uso en años recientes.
Un jet privado promedio emite dos toneladas de CO2 por hora de vuelo. Capturar una tonelada con tecnología como la de Deep Sky cuesta aproximadamente 1.000 dólares, según The New York Times.
Las empresas de jets privados suelen comprar créditos climáticos para «compensar» sus emisiones. Por ejemplo, Taylor Swift emitió más de 1.216 toneladas de CO2 durante su gira The Eras Tour y compró 2.433 créditos de carbono, valorados en unos 9,87 dólares cada uno, para compensarlas.
Imagen | Unsplash (Yzy Pop), Wikimedia Commons (Jennifer Jacquemart)
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