2025 se perfila como un año de incertidumbres en varios puntos del globo, y Taiwán es uno de los escenarios donde la calma se ve interrumpida por las maniobras del gigante asiático vecino. Recientemente, se reveló que China contempla hasta seis estrategias para una posible invasión de la isla, y ahora se ha conocido cómo están siendo entrenadas fuerzas especiales chinas. En contraparte, Taiwán ha desarrollado un simulacro innovador en formato de juego de mesa.
La Policía Armada del Pueblo. En medio de la creciente tensión entre China y Taiwán, se destaca una fuerza que podría jugar un papel crucial en un eventual conflicto: la Policía Armada del Pueblo (PAP) de China. Esta unidad paramilitar, concebida para la seguridad interna, se está adiestrando para participar en operaciones urbanas y de ocupación, con el objetivo de apoyar un posible control sobre Taiwán.
La PAP, establecida en 1982, ha sido un pilar de la seguridad nacional china. Sus misiones abarcan desde el cumplimiento de la ley hasta la lucha antiterrorista, la respuesta a desastres y la protección marítima. Sin embargo, su formación actual se ha intensificado para enfrentar situaciones de combate más sofisticadas.
Pistas reveladoras. Imágenes recientes de la televisión estatal china muestran ejercicios de la PAP, incluyendo incursiones desde botes inflables, lanzamientos de granadas y rescates en contextos extremos. Según Lyle Goldstein, experto en seguridad asiática, este tipo de entrenamiento sugiere un enfoque en misiones críticas en un posible conflicto con Taiwán, principalmente en áreas urbanas y costeras.
Entrenamiento para entornos urbanos. La PAP se especializa en operaciones urbanas, lo que la convierte en un elemento estratégico en ocupaciones potenciales. Alessio Patalano, profesor de estrategia en Asia Oriental, resalta la alta capacitación de estas fuerzas para llevar a cabo operaciones precisas, donde la movilidad y el conocimiento del entorno urbano son cruciales. Ejercicios pasados, como los realizados en Hong Kong en 2019 y en Xinjiang, refuerzan su preparación para situaciones de alta presión.
Además, según Patalano, la PAP podría intervenir en fases iniciales para asegurar infraestructuras clave como puertos y aeropuertos, o en estrategias de «decapitación» para neutralizar la resistencia de Taiwán desde el principio. Aunque no liderarían una invasión, su papel sería vital para mantener la seguridad interna y apoyar al Ejército Popular de Liberación (PLA). Joel Wuthnow, investigador en el Centro de Estudios Militares Chinos, sugiere que la PAP ayudaría a controlar disturbios y proteger infraestructuras estratégicas, facilitando la logística en campos cercanos a Taiwán.
La contrapartida taiwanesa: simulacros. En respuesta a las acciones de China, Taiwán ha realizado dos simulacros de distinta índole. El primero fue un ejercicio de simulación coordinado por la Oficina Presidencial de Taiwán, diseñado para prepararse ante una potencial escalada militar por parte de Beijing. Esta iniciativa representa un avance importante en los esfuerzos de la isla para fortalecer su capacidad de respuesta y resistencia.
El simulacro, llevado a cabo el jueves pasado, tuvo lugar en la Oficina Presidencial en Taipéi con la participación de decenas de agencias gubernamentales y grupos civiles. Durante tres horas, los participantes se enfrentaron a escenarios que evaluaron su capacidad de coordinación institucional frente a un incremento de las tensiones militares.
Un ensayo único. Con la vicepresidenta Hsiao Bi-khim y el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional al frente, este ejercicio sin precedentes busca robustecer la defensa de Taiwán ante la intensificación de amenazas por parte de China. Incluyó escenarios de alta intensidad basados en estrategias de presión que China podría emplear sin llegar a un conflicto abierto.
Asimismo, se abordaron situaciones en las que Taiwán podría estar al borde de un enfrentamiento directo, requiriendo una respuesta ágil del gobierno y la sociedad civil. Estos ejercicios procuran identificar áreas de mejora y asegurar que todas las partes comprendan sus roles en caso de emergencia.
El recurso del entretenimiento: un juego de mesa. Coincidiendo con el Año Nuevo Lunar en enero, una tradición familiar en Taiwán, la empresa Mizo Games ha lanzado ‘2045’, un juego de mesa que simula un escenario de invasión china veinte años en el futuro. Esta propuesta busca preparar a la población de manera innovadora, reflejando las actuales tensiones geopolíticas.
En ‘2045’, los jugadores asumen roles diversos, desde oficiales del ejército taiwanés hasta agentes infiltrados chinos y ciudadanos voluntarios que defienden la isla. KJ Chang, fundador de Mizo Games, señala que el objetivo es brindar una experiencia de las complejidades de un posible conflicto en un entorno seguro. “No podemos prever el futuro, pero si un conflicto es inevitable, espero que este juego permita experimentar esa situación en el tablero antes de enfrentarla en la realidad”, comenta Chang.
El juego y la defensa nacional. La campaña de crowdfunding de Mizo Games para ‘2045’, iniciada en agosto, excedió todas las expectativas, recaudando más de 100.000 euros. Los patrocinadores VIP recibirán copias del juego y productos temáticos, como una funda de pasaporte que alude al limitado reconocimiento internacional de Taiwán.
‘2045’ se inscribe en una tendencia creciente de productos culturales en Taiwán que exploran la amenaza de anexión por parte de China. Este año también se estrenó la serie televisiva ‘Zero Day’, que dramatiza una invasión china, con el apoyo del multimillonario taiwanés Robert Tsao.
En un contexto donde el futuro de Taiwán sigue siendo incierto, ‘2045’ simboliza la resiliencia y creatividad del pueblo taiwanés. El tiempo dirá si el juego anticipa acertadamente el escenario por venir.
Imagen | 2045, Michael Mooney
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