Con el plazo agotándose, la Unión Europea decidió activar los aranceles sobre los coches eléctricos provenientes de China. Estos impuestos, que varían según la empresa, se aplicaron desde finales de octubre, encareciendo los vehículos chinos, lo que ha sido absorbido por las empresas o trasladado a los consumidores. Esto afecta también a compañías europeas que producen en China.
Los fabricantes, incluyendo BYD, SAIC, Geely y Tesla, se han opuesto firmemente a esta medida, llevando su protesta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Consideran que esta barrera económica es injusta y buscan su eliminación.
Este tema de aranceles es solo uno de los últimos episodios en las negociaciones entre el Gobierno chino y la Unión Europea. Aunque los aranceles están vigentes, la UE ha expresado su interés en seguir dialogando con China, y no se aplicaron los derechos compensatorios previstos desde el verano hasta finales de octubre.
Tampoco se han impuesto aranceles a los híbridos enchufables. Según Tu Le en su boletín SAI (Sino Auto Insights) Weekly, esto parece ser una táctica negociadora entre ambas partes. Las empresas chinas están ofreciendo sus vehículos a precios más bajos que sus contrapartes europeas, en un momento en el que las regulaciones en Europa requieren registrar esta tecnología para evitar multas multimillonarias.
El papel de Marruecos como atajo
Ante los nuevos aranceles, las empresas chinas han buscado estrategias para mitigar el impacto y seguir aumentando su participación de mercado. En este plan, España ha cobrado un papel relevante por sus ventajas en costos laborales y energéticos respecto a otros países europeos como Alemania y Francia.
Desde la implementación de los aranceles, China ha presionado para frenar inversiones en los países que apoyaron estas barreras. En contraste, países como España han facilitado estas inversiones (ejemplo de ello es la planta de CATL en Zaragoza). También se observa un creciente interés chino en naciones con acuerdos comerciales especiales con la UE.
Turquía es uno de estos países, donde BYD está considerando establecer una planta en un punto estratégico. Sin embargo, Marruecos también ha captado la atención china, como lo evidencian las inversiones en su territorio.
Marruecos ofrece una ventaja estratégica para China al contar con un acuerdo comercial que le permitiría esquivar los aranceles al producir sus vehículos eléctricos en África. Las inversiones, que comienzan con kits ensamblados en Europa, están bajo revisión por la UE para determinar si son suficientes para evitar las barreras comerciales. Este enfoque es similar al de Omoda en Barcelona y Leapmotor en Europa.
La producción automotriz en Marruecos no es nueva, superó en 2023 a países como China y Japón como principal exportador de vehículos a la UE, gracias a sus costos laborales competitivos. Modelos como el Dacia Sandero o vehículos ligeros de Stellantis se producen allí.
China busca explotar no solo la producción de coches en Marruecos, sino también otras áreas relacionadas con los vehículos eléctricos, como la producción de baterías. Según fuentes chinas recogidas por Politico, fabricar en Marruecos es 50% más barato que en Europa.
Este ahorro ha motivado a empresas como CNGR Advanced Material a invertir en una gran planta de producción de baterías a través de su filial CNGR Morocco New Energy, con 2.000 millones de dólares destinados al proyecto. Se espera que produzca baterías para un millón de coches eléctricos anualmente, equivalente a 70 GWh de capacidad. En comparación, la planta de CATL en Zaragoza planea alcanzar los 50 GWh.
Otros proyectos chinos se suman, como las inversiones de Hailiang y Shinzoom con 450 y 460 millones de dólares respectivamente en el área industrial Tanger Tech. Oficialmente conocida como «Cité Mohammed VI Tanger Tech», ya se le llama el «Shanghai de Marruecos» debido al interés chino.
El puerto de Tánger es un punto clave para el gobierno marroquí por su cercanía a Europa, lo que hace que fabricar en Marruecos sea atractivo por su bajo costo y la facilidad de transporte al continente europeo.
Las inversiones en el ámbito del coche eléctrico en Marruecos ya suman 10.000 millones de dólares, incluyendo la explotación de fosfatos, esenciales para las baterías, y de los que Marruecos posee vastos yacimientos.
«Históricamente, los europeos invirtieron en Marruecos por su mano de obra barata y sin cualificación. Hoy, esa fuerza laboral no solo es económica, sino también competitiva y bien entrenada. Los chinos han reconocido el potencial de invertir aquí», comenta Mehdi Laraki, presidente del Consejo Empresarial Marruecos-China, citado por el medio Telquel.
Foto | Audi
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