Las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur han vivido mejores épocas. Recientemente, la tensión entre estos dos paÃses ha escalado considerablemente. Todo comenzó el verano pasado, cuando Corea del Sur fue blanco de globos cargados de basura enviados desde el norte. La respuesta del sur incluyó drones y propaganda, a lo que el norte replicó con una nueva inclusión en su constitución enemistando aún más a ambas naciones. Ahora, la última estrategia es el uso de ruido, mucho ruido.
Un ataque auditivo constante. Según el New York Times, desde julio, Corea del Norte ha desplegado una estrategia inédita en su guerra psicológica contra Corea del Sur: la generación de ruidos insoportables de manera ininterrumpida en las zonas limÃtrofes.
Los residentes describen estos sonidos como metálicos y amenazantes, similares a los de las pelÃculas de terror. Han sustituido a las antiguas transmisiones de propaganda y buscan afectar emocionalmente a las comunidades en el sur. Por ejemplo, en el pueblo surcoreano de Dangsan, a solo un kilómetro de la frontera, los habitantes ya padecen insomnio, dolores de cabeza y ansiedad debido a esta constante contaminación acústica.
Reinventando estrategias del pasado. Molestar al vecino con ruido no es novedoso en Corea. Este tipo de transmisiones se ha usado desde los años 60 en las zonas fronterizas, aunque el enfoque ha cambiado con el tiempo.
Antes, se intercambiaban insultos y propaganda polÃtica. Ahora, Corea del Norte apuesta por ruidos «deshumanizantes y perturbadores». Este giro busca presionar a los surcoreanos para que cesen sus propias transmisiones de propaganda, como música K-pop y noticias, que Seúl retomó en 2024 después de un parón de seis años.
Una relación agravada. Las tensiones entre ambas Coreas están en su peor momento en años. Kim Jong-un ha endurecido su postura, cerrando toda vÃa de diálogo con el sur y fortaleciendo lazos con Rusia.
Kim también ha marcado a Corea del Sur como un enemigo a anexionar según la constitución en caso de guerra. Mientras tanto, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol ha intensificado las maniobras militares con Estados Unidos y Japón, además de promover la difusión de información hacia el norte para debilitar el control de Kim.
Consecuencias del ruido. El NYT reporta que Dangsan, un pueblo agrÃcola de 354 personas, la mayorÃa mayores de 60 años, ha visto su vida diaria alterada notablemente desde que comenzaron estos ruidos. Las ventanas permanecen cerradas, los niños ya no juegan al aire libre y animales como gallinas y cabras han experimentado problemas de salud.
Los habitantes culpan al ruido por el deterioro en la calidad de vida y la respuesta del gobierno, como la instalación de ventanas de doble panel, se considera insuficiente.
Una escalada bilateral. El aumento de las tensiones es mutuo. En respuesta a los globos con propaganda desde el sur, Corea del Norte ha lanzado globos con basura, a lo que el sur respondió con drones.
Además, el norte demolió infraestructuras que conectaban ambos paÃses e interfirió señales de GPS cerca de la frontera, afectando el tráfico aéreo y marÃtimo surcoreano. Todas estas acciones enfatizan una creciente polÃtica de represalias que eleva la hostilidad en la región.
Sin solución cercana. La tregua parece cada vez más distante. Mientras los habitantes de Dangsan exigen que el gobierno de Yoon detenga sus emisiones para intentar reducir tensiones, las autoridades aún no proponen un plan concreto para resolver el conflicto.
La situación demuestra el sacrificio de las comunidades fronterizas, que ven cómo su bienestar se subordina a la rivalidad polÃtica entre Seúl y Pyongyang. Los expertos sugieren que una solución podrÃa pasar por reactivar acuerdos de no agresión verbal entre ambas Coreas, aunque las perspectivas de diálogo constructivo parecen, por el momento, remotas.
Imagen | Roman Harak, FirsPost
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