Hace un mes, un apagón dejó a millones en la penÃnsula sin suministro eléctrico. Las causas aún no están claras, pero ha reavivado una cuestión clave para el sistema eléctrico: ¿es viable continuar con un único sistema de precios?
Modelo vigente. El reciente apagón evidenció que un sistema de precios unificado no refleja adecuadamente la generación, el transporte y el consumo de electricidad en España. Esto ha despertado propuestas para revisar el sistema de fijación de precios, y entre ellas, la idea de dividir el paÃs en varias zonas de precios ha ganado terreno, siguiendo el ejemplo de otras naciones europeas.
Ejemplo de Nord Pool. El mercado eléctrico de los paÃses nórdicos y bálticos frecuentemente citado, ha implementado un sistema de zonas de oferta (bidding zones). Estas zonas presentan precios distintos según la generación local disponible, la demanda y las limitaciones de la red de transporte.
Esto significa que, en situaciones donde hay mucha generación renovable en una zona (por ejemplo, en el norte de Noruega) pero la demanda está en otro lugar (como en el sur de Suecia) y la red entre ambas está limitada, la electricidad será más barata en la zona de producción. Estas diferencias de precio incentivan la instalación de baterÃas en las áreas de consumo y la mejora de la red en los segmentos congestionados. Según Nord Pool, los precios se determinan diariamente basándose en el equilibrio de oferta y demanda, reflejando las limitaciones fÃsicas del sistema. Esto da lugar a un mercado más realista, donde los precios son más representativos y los cuellos de botella se reflejan directamente en el costo.
Posibilidad en España Aún no ha sido propuesta oficialmente por el Gobierno ni por Red Eléctrica (REE) la opción de dividir el territorio en varias zonas. Sin embargo, el desequilibrio es claro: gran parte de la generación renovable se sitúa en áreas rurales del sur y del interior (como AndalucÃa, Castilla-La Mancha o Aragón), mientras que el consumo es mayor en el eje mediterráneo y en Madrid, provocando cuellos de botella, sobrecostes y vulnerabilidades crÃticas.
De continuar estas limitaciones, España podrÃa enfrentar presiones para modificar su modelo. En 2024, los costes por servicios de ajuste—incluyendo redistribución de carga y otras medidas—ascendieron a 2.668 millones de euros, representando un 15% del precio medio final de la energÃa, con un impacto de 11,43 €/MWh. Estos sobrecostes, invisibles para el consumidor, podrÃan reducirse de ofrecer el sistema señales de precio diferenciadas más realistas.
Escenarios futuros. La crisis eléctrica reciente remarcó una realidad que expertos han advertido: el sistema eléctrico español, en su diseño actual, no puede absorber el crecimiento de energÃa renovable sin cambios estructurales. La transición de una única zona de precios a un modelo zonal es tanto técnica como polÃtica y territorial.
Si bien un modelo que uniformiza precios y esconde desequilibrios de red podrÃa ser cuestionado, una zonificación adecuada podrÃa guiar inversiones, reducir costes y mejorar la resiliencia del sistema. Sin embargo, también plantea retos polÃticos: ¿cómo justificar a una comunidad que su electricidad sea más costosa que la de otra? ¿Cómo asegurar que la transición no incremente desigualdades territoriales?
Imagen | Pexels
Xataka | Cuanto más se sabe del apagón en España, menos culpable parece la falta de inercia por las energÃas renovables
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