En su primera aparición pública tras su victoria en las elecciones, Donald Trump reafirmó este jueves su compromiso con la seguridad fronteriza y el control migratorio como ejes centrales de su próximo gobierno. Trump describió su regreso a la Casa Blanca como una ocasión para devolver el «sentido común» a Estados Unidos.
Durante una entrevista con NBC, Trump destacó que una de sus primeras acciones al asumir será fortalecer la frontera para impedir el ingreso ilegal al paÃs, sin restringir el acceso a quienes deseen llegar de manera legal. «Queremos que la gente venga a nuestro paÃs», afirmó, destacando su apertura a la inmigración ordenada.
Además de limitar el ingreso de migrantes, Trump enfatizó la necesidad de una campaña de deportaciones masivas como parte de su estrategia para reorganizar la situación migratoria interna.
Esta promesa, planteada desde su campaña, busca ser el «mayor esfuerzo» en la historia de Estados Unidos, afectando potencialmente a unos 18 millones de inmigrantes indocumentados. Esta tarea implicará un desafÃo logÃstico y financiero significativo para la próxima administración, requiriendo colaboración de diversas agencias federales como el Departamento de Justicia y el Pentágono.
Trump mencionó la posibilidad de involucrar al Ejército en estas deportaciones masivas, a lo que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aclaró que las Fuerzas Armadas se mantendrán al margen, siguiendo solo órdenes legales.
Aunque la iniciativa podrÃa ser costosa, Trump aseguró que «no es una cuestión de precio», justificando su postura al referirse a la presencia de lÃderes de bandas criminales en el paÃs.
El lÃder republicano atribuyó parte de su éxito electoral a su firme postura en temas migratorios, que paradójicamente atrajo un considerable apoyo de la comunidad latina.
Desde su derrota en 2020, Trump observa una realineación polÃtica, argumentando que los demócratas no reflejan el pensamiento del paÃs, especialmente en temas de seguridad y migración.
Trump también mencionó sus recientes conversaciones con Kamala Harris y Joe Biden, calificándolas de «muy agradables y respetuosas». Harris discutió la transición con él, indicando su deseo de un proceso lo más fluido posible, a lo que Trump accedió.
En cuanto al respaldo internacional, Trump afirmó haber conversado con alrededor de 70 lÃderes mundiales, destacando contactos con figuras como Benjamin Netanyahu, Volodimir Zelensky, y Emmanuel Macron, y anticipó una posible charla con Vladimir Putin.
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