El 24 de julio de 2015, el Consejo de Ministros destinó 35 millones de euros a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para adquirir una finca, un hecho que pocos vislumbraron como crucial para el futuro de Doñana hace una década.
Estamos a las puertas de verlo materializado.
¿De qué finca hablamos? El Cortijo de Los Mimbrales abarcaba 1.061 hectáreas en la Corona Forestal de Doñana, de las cuales unas 968 estaban dedicadas al cultivo de naranjos, mientras que las restantes se utilizaban para «estructuras, almacenes, caminos internos, linderos, balsas, etcétera». En 2015, el Gobierno adquirió 922 de estas hectáreas.
El objetivo era recuperar una concesión de agua, lo que implicaba reducir en 6,8 hm3 las extracciones anuales del acuÃfero de Almonte y las Marismas.
Y se logró. A pesar de cierta polémica con los regantes locales, el cierre de Los Mimbrales representó un avance positivo para la conservación del parque, una rareza en una región de España donde las buenas noticias son escasas.
No obstante, a la práctica, la finca ha permanecido abandonada durante años.
El desafÃo ahora es decidir su futuro. Los Mimbrales, en esencia, representan una oportunidad. Con mil hectáreas que han sido sometidas a intensas prácticas agrÃcolas, la pregunta recurrente para los expertos de Doñana es: ¿es posible restaurar su estado original? ¿podrÃamos devolverle su esplendor natural?
Según la ministra Aagesen, eso es precisamente lo que se intentará.
El gran laboratorio de recuperación ecológica en España. La Dirección General ha propuesto renaturalizar los dos cauces que cruzan la finca y cerrar los canales de drenaje, con el objetivo de restaurar los hábitats de ribera y lagunares. Esto incluirá la reintroducción de especies vegetales autóctonas y la eliminación de eucaliptos, acacias y cañas, además del regreso del conejo, un componente vital de la cadena trófica de Doñana.
Con un presupuesto de cinco millones de euros, esta iniciativa forma parte de un ambicioso programa de 1.400 millones destinado a revitalizar el entorno del parque.
¿Por qué España? Aunque la desertificación, un problema urgente, suele ser el foco de atención, es solo un aspecto de los procesos de degradación del suelo que limitan la capacidad de los ecosistemas para autorregularse.
En Los Mimbrales, se pretende ensayar la creación de ecosistemas robustos y autónomos, donde la naturaleza pueda florecer y repararse sin la interferencia humana.
De lograrse el éxito, se abrirÃa un camino prometedor no solo para recuperar el patrimonio natural, sino también para afrontar las graves consecuencias del cambio climático.
Imagen | Daniel Lobraña González
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