Nuestro cuerpo alberga un complejo y extenso ecosistema de billones de organismos microscópicos, especialmente en el tracto digestivo, que influye de manera significativa en nuestra salud más allá de lo gastrointestinal.
Diversos factores pueden alterar nuestro microbioma, desde nuestra genética y entorno social hasta los medicamentos que tomamos y, como es evidente, nuestros hábitos alimenticios.
Lo que ingerimos tiene un impacto directo en nuestro microbioma. Un ejemplo de ello es la presencia de bacterias patógenas como Clostridium difficile, que pueden desequilibrar el “ecosistema” intestinal. Pero incluso componentes dietéticos como la fibra también juegan un papel crucial.
Nuestra decisión de seguir una dieta supone una serie de ajustes que no solo afectan nuestro peso, sino también nuestro microbioma. El ayuno intermitente, en particular, ha captado la atención de numerosos expertos en nutrición.
Este método, que implica la restricción temporal de la ingesta calórica, ha sido objeto de múltiples estudios para evaluar su efecto en el microbioma, con resultados mixtos sobre sus potenciales beneficios y riesgos.
Recientes investigaciones han explorado el impacto del ayuno intermitente en el microbioma. Aunque los hallazgos son variados, se confirma que modifica la microbiota.
Un estudio reciente, aún no revisado por pares, realizado por la Anhui Medical University y mencionado en NewScientist, sugiere que el ayuno intermitente podría comprometer la barrera intestinal en ratones, elevando el riesgo de inflamación, aunque señalan posibles soluciones terapéuticas como el ácido indolacético.
El manuscrito está disponible en Research Square y a la espera de revisión para su publicación en Scientific Reports, por lo que sus conclusiones deben ser consideradas con cautela.
Satchidananada Panda, del Salk Institute for Biological Studies, manifestó dudas sobre el estudio, señalando carencias en la metodología, como la falta de detalles sobre la dieta administrada a los ratones y la juventud de estos al iniciar el régimen.
Explorando efectos mixtos
Otras investigaciones presentan un panorama más alentador, especialmente combinando el ayuno intermitente con una distribución controlada de proteínas a lo largo del día, sugiriendo beneficios para el bienestar general y el microbioma.
Un estudio en Nature Communications destacó el potencial del ayuno intermitente para mejorar la salud intestinal al potenciar el microbioma.
El equipo observó un incremento en proteínas beneficiosas y microorganismos asociados a una salud mejorada en quienes seguían este protocolo.
A pesar de los resultados prometedores, una revisión publicada en Frontiers in Nutrition identificó una amplia variedad de resultados en estudios previos, complicando la validación de conclusiones. No obstante, se sugiere que el ayuno intermitente potencia la diversidad del microbioma.
El consenso parece señalar que este tipo de dietas modifica nuestro microbioma, por lo que se requiere más investigación para comprender plenamente sus implicaciones.
Imagen | Foodie Factor / Cats Coming
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