«Con mi burrito sabanero voy camino de Belén. Si me ven, si me ven, voy camino de Belén». Probablemente has escuchado esta melodÃa en numerosas ocasiones recientemente. Este villancico, ya convertido en un clásico navideño, suena todos los años en tiendas y hogares. Este año, además, se ha vuelto viral gracias a versiones como la de David Bisbal.
Muchos artistas han reinterpretado esta canción, pero lo sorprendente es que la versión original, de hace medio siglo, sigue vigente, y el niño que la cantó no recibió «ni un bolÃvar partido por la mitad» por su contribución.
Burrito Sabanero. Este villancico, que ya es un clásico, fue compuesto por el venezolano Hugo Blanco para la Navidad de 1972 y su voz inicial fue la de Simón DÃaz. Sin embargo, el impacto internacional llegó en 1975 con la interpretación de Ricardo Cuenci.
Éxito. ¿Por qué tuvo tanto éxito? Debió ser su momento oportuno o quizá la voz infantil le agregó un atractivo especial, siendo un villancico. Tanto fue su popularidad que Billboard lo incluyó entre las «100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos».
Se dice que su ritmo, distinto al de los tÃpicos villancicos venezolanos, permitió su adaptación a diferentes estilos, logrando un éxito que cruzó fronteras. Es un tema navideño por excelencia, tanto en su versión original como en las interpretaciones por coros infantiles y artistas reconocidos.
Incluso existe una versión en estilo reguetonero. Y no es una broma:
Burrito Tabanero. La voz que realmente catapultó el tema fue la de Ricardo Cuenci. Aunque originalmente no fue interpretado por un niño, el compositor sintió que sonarÃa mejor en voz infantil. AsÃ, contactó a Raúl Cabrera, director del Coro Infantil Venezuela, y juntos hicieron los arreglos necesarios.
Ricardo Cuenci, quien entonces tenÃa ocho años, fue elegido como solista. En una entrevista con la BBC, mencionó que la música siempre formó parte de su vida. Sin embargo, tenÃa dificultad para pronunciar la «s», por lo que cantaba «Burrito Tabanero».
Decepción. Cuando el disco se lanzó, Cabera, cuyo padre era dueño de una tienda de discos, promovió su difusión. Fue entonces cuando el villancico y ‘La Rondallita’ empezaron a ganar fama, realizando giras en Venezuela y Puerto Rico. Sin embargo, ni los miembros originales ni Ricardo participaron en estas giras.
Ricardo actuó en algunas presentaciones nacionales, una de ellas de tres meses, donde cantaban en múltiples lugares. A pesar de ello, y como él mismo narró en La Cata Musical, nunca recibió compensación económica. Ni él ni los demás miembros de ‘La Rondallita’. Únicamente recibió una bicicleta.
Las desgracias nunca vienen solas. Ricardo también tuvo la oportunidad de unirse a Menudo, famosa agrupación puertorriqueña donde estuvo Ricky Martin. En la BBC, recuerda que quizás a su padre le faltó iniciativa, ya que no le permitió unirse al grupo.
En la misma entrevista, mencionó que eventualmente se distanció: «yo me apagué. No quise saber nada más del Burrito de Belén, de La Rondallita ni de nada de eso. Me dediqué a lo mÃo, a mi familia y a mis cosas». A pesar de no abandonar del todo la música, trabajó en el campo y en publicidad.
Viralidad. Años después de esta historia, ‘El Burrito de Belén’, verdadero tÃtulo del tema, formó parte de álbumes navideños de artistas como Juanes. Cantantes estadounidenses como Adrienne Houghton y Aloe Blacc también hicieron sus versiones. Ahora, el tema recobra notoriedad gracias al disco ‘Todo es posible en Navidad’ de David Bisbal.
Si no has escuchado esta versión en reels de Instagram, es que hace tiempo que no navegas por esa red social. Dado que la canción sigue siendo popular en cada temporada navideña, Ricardo, en contacto con sus excompañeros de ‘La Rondallita’, considera lanzar una nueva versión del villancico.
Es interesante reflexionar cómo un tema tan viral, que lleva décadas resonando y ha tenido múltiples versiones, aparentemente generarÃa ingresos para sus creadores y su intérprete. Lamentablemente, no es asÃ. Ricardo, en más de una ocasión, ha solicitado reconocimiento por su interpretación para ayudar a su familia. El destino, en este caso, ha sido irónicamente injusto.
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