En los últimos meses, las lluvias han ayudado a recuperar los niveles de agua en muchos embalses de la PenÃnsula, salvo en el embalse de Artikutza en Navarra, que permanece vacÃo. Esto no se debe a la falta de lluvias, sino a que su destino ya está sellado: el embalse será parcialmente demolido.
El embalse de Artikutza ha sido designado como un «embalse muerto», y la presa se enfrenta a un inminente abandono.
Derribo parcial en marcha. El Ayuntamiento de San Sebastián ha anunciado su intención de proceder al derribo parcial de la presa de Artikutza. La estructura ha estado inactiva por más de dos décadas y las autoridades planean que la regata de Enobieta pueda fluir hacia el rÃo Añarbe sin obstáculos. Las obras están programadas para 2026.
Una historia que cruza fronteras. En 1919, el Ayuntamiento de San Sebastián adquirió terrenos en Artikutza, Navarra, para abastecer de agua a la ciudad costera. Sin embargo, geólogos descubrieron problemas en 1948 que limitaron la capacidad del embalse, usándolo sólo a la mitad de su capacidad prevista. A pesar de eso, fue un recurso vital para la capital guipuzcoana de 1960 a 1976, cuando el embalse de Añarbe asumió esa función.
El embalse de Artikutza nunca alcanzó su máximo potencial. En 1992 dejó de abastecer a Donostia y en 2002 perdió su capacidad de regulación debido a un fallo eléctrico, sellando su destino.
El ocaso de una presa. Desde 2017 a 2019, el embalse se vació y un conducto ha permitido al regato fluir sin impedimentos. El proyecto actual busca optimizar este flujo y prevenir problemas de sedimentación.
El proceso de demolición. La demolición será solo parcial; se optó por hacer una hendidura de siete metros de ancho debajo de un viejo aliviadero. Esta opción permite restaurar el flujo natural del rÃo con mÃnimas alteraciones al entorno protegido.
Conservación de ecosistemas. La apertura de la presa es crucial para restaurar la conectividad ecológica, impidiendo que los sedimentos obstaculicen el paso de agua o fauna.
El proyecto prioriza la protección de especies como el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), considerado un «ornitorrinco español» y una de las especies más amenazadas en la zona, y varias especies de murciélagos con importante relevancia biológica que habitan en la presa.
Imagen | Ksarasola / Eider Palmou
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