El descubrimiento. Un grupo internacional de cientÃficos, liderado por expertos de la Universidad de Cambridge, ha anunciado la detección de sulfuro o disulfuro de dimetilo en la atmósfera del exoplaneta K2‑18b, gracias a las observaciones realizadas por el telescopio espacial James Webb.
En nuestro planeta, estas moléculas son producidas exclusivamente por organismos vivos, particularmente el fitoplancton marino. Este hallazgo constituye la evidencia más contundente hasta la fecha de una biofirma, una potencial señal de vida extraterrestre, fuera de nuestro sistema solar. Para una confirmación definitiva, se necesitarán entre 16 y 24 horas más de observación con el telescopio Webb, según se detalla en el estudio publicado por The Astrophysical Journal Letters.
CaracterÃsticas de K2-18b. Este planeta, conocido como «subneptuno», tiene una masa 8,6 veces mayor y un radio 2,6 veces superior al de la Tierra, y orbita alrededor de una enana roja en la zona habitable, recibiendo una cantidad de energÃa de su estrella similar a la que recibe nuestro planeta. Se localiza a 124 años luz, en la constelación de Leo.
Es también un posible candidato a planeta hicéano, con la capacidad de albergar océanos globales bajo atmósferas ricas en hidrógeno. Observaciones previas del Webb ya habÃan identificado metano y dióxido de carbono, lo cual refuerza esta hipótesis.
Razones para el optimismo. Durante el tránsito del planeta frente a su estrella, la luz estelar atraviesa su atmósfera, y cada molécula deja un rastro en el espectro que los cientÃficos pueden identificar. Desde 2023, se ha observado el mismo patrón en dos ocasiones mediante el uso del instrumento MIRI del Webb.
Este es el primer indicio consistente de una biofirma en un planeta más allá de nuestro sistema solar. La posibilidad de vida podrÃa ser más común de lo que creemos en planetas más grandes que la Tierra. Los planetas hicéanos podrÃan convertirse en el nuevo foco de nuestra búsqueda de vida extraterrestre, que hasta ahora se ha centrado en mundos rocosos como las supertierras.
Razones para ser cautelosos. La temperatura, por ejemplo, puede ser un factor determinante. Investigaciones previas sugerÃan que K2‑18b podrÃa ser un océano de magma cubierto por una atmósfera gaseosa demasiado hostil para la vida tal como la conocemos.
Además, aunque el sulfuro de dimetilo tiene un origen biológico en la Tierra, los investigadores reconocen que, en un entorno de alta presión y con una atmósfera de hidrógeno, podrÃa surgir de reacciones geoquÃmicas inusuales. Para verificarlo, se requerirán modelos y experimentos en el laboratorio.
Imagen | Universidad de Cambridge
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