La discusión sobre el modelo energético actual ha resurgido tras el apagón del pasado 28 de abril en España. Después de semanas en las que el país estaba satisfaciendo el 100% de su demanda con fuentes renovables y exportando el excedente, Francia observaba con inquietud cómo sus plantas nucleares operaban a menor capacidad. La razón no era un fallo técnico, sino el creciente desafío que el auge renovable en el sur presenta para la hegemonía nuclear del norte.
Francia en pie de resistencia. Mientras Europa avanza hacia un sistema basado en energías limpias, Francia apuesta firmemente por la energía nuclear, alcanzando un 70% de su producción total. Esto, más que una simple elección técnica, responde a una estrategia para convertirse en la «batería de Europa» con un modelo centralizado y exportador. Sin embargo, el avance renovable en países como España dificulta este propósito.
Contrastes en el enfoque. España, al apostar decididamente por las renovables, no solo ha reducido su dependencia, sino que también está cuestionando la viabilidad económica del modelo nuclear francés. En abril, España cubrió más del 60% de su demanda con energías limpias y exportó una cantidad significativa a Francia, justo cuando varios reactores nucleares franceses estaban inactivos. Como explicó Eloy Sanz, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos I, para La Vanguardia: “El debate no es solo técnico, es profundamente geopolítico”. Añadió: “Francia quiere mantener su liderazgo energético en Europa, pero la fotovoltaica y la eólica están ganando terreno y lo hacen con costes cada vez más bajos”.
Una silenciosa competencia. Este conflicto no siempre es evidente, pero es profundo. En Bruselas, la discusión se centra en qué tecnologías deberían recibir ayudas públicas. Francia hizo presión para que la energía nuclear se considere “verde” y pueda acceder a fondos europeos, mientras que países como España promueven una transición centrada en renovables, almacenamiento y gestión inteligente de la demanda.
Problemas internos. La propia Academia de Ciencias de Francia ha criticado el nuevo plan energético del Gobierno (PPE3), calificándolo de “irrealista” y “desconectado de la realidad”. Además, el controvertido plan de inversión nuclear francés, que prevé hasta 300.000 millones de euros para extender y construir nuevos reactores, ha originado una crisis política interna, según informa Le Point. La postura de Francia no proviene de la fortaleza, sino de la necesidad de defender una posición cada vez más discutida.
Defender su posición. Francia se mantiene firme, pero no desde una posición de fortaleza, sino desde la urgencia de proteger una posición cada vez más cuestionada. La revolución renovable en el sur de Europa no solo es una promesa para el futuro, sino que ya es una realidad que presiona precios, redes y políticas. El liderazgo energético en Europa está en juego, y esta vez, España presenta una propuesta viable, exportable y cada vez más difícil de ignorar.
Imagen | François GOGLINS
Xataka | La producción de renovables en Europa es tan fuerte que está obligando a las centrales nucleares a trabajar al ralentí
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