La Guardia Nacional Danesa, conocida localmente como Hjemmeværnet (HJV), celebra sus ochenta años de existencia en un contexto especialmente activo. En abril de 2025, cerca de 800 daneses expresaron su intención de unirse a esta fuerza de voluntarios que se dedica a responder ante situaciones de emergencia y colaborar en la defensa del país. Un repunte similar en el reclutamiento no se veía desde los tensos años 80, durante la Guerra Fría y el enfrentamiento con la URSS.
Este renovado interés por el HJV coincide con un período de agitación geopolítica: tras tres años de conflicto en Ucrania, Rusia muestra una postura desafiante, mientras que Trump pone en entredicho el futuro de Estados Unidos en la OTAN y muestra interés en Groenlandia, bajo soberanía danesa.
Un dato: 1.732 inscripciones. En medio de esta inestabilidad global y con Copenhague observando de cerca los eventos en Kiev, Moscú y Washington, cada vez más ciudadanos daneses se interesan en el HJV. Los voluntarios se entrenan para apoyar al ejército en situaciones de emergencia.
Las cifras son elocuentes. Durante los tres primeros meses del año, 1.732 daneses completaron el formulario para unirse a la Guardia Nacional. En el mismo periodo de 2024 lo hicieron 1.041 personas, y en 2023 fueron 663. En apenas dos años, el incremento ha sido del 161%. Y el impulso no parece detenerse, según confirma el HJV: el mes pasado, 764 personas reafirmaron su deseo de alistarse. No se veía un abril con tanto interés por la Hjemmeværnet desde los años 80.
«¿Ha valorado unirse?» En este contexto, Voxmeter llevó a cabo una encuesta para la agencia de noticias danesa Ritzau, revelando otro dato significativo. Consultaron a 1.018 personas sobre si considerarían unirse a la Guardia Nacional. Aunque el 85,8% respondió negativamente, el 9,5% dijo que sí y el 4,5% aún no lo sabe, lo que indica que no lo descartan.
Esta cifra es relevante no solo por la proporción de interesados, sino también por la percepción actual del HJV.
Bent Åge Andersen, un veterano de la Guardia Nacional, comentó al diario Berlingske cómo ha cambiado la percepción de los daneses hacia los voluntarios. «Antes, cuando hacíamos ejercicios con uniformes y armas, la gente sonreía y nos llamaban soldados de fin de semana. Era una broma común. Pero hoy en día, la percepción es muy distinta».
¿Qué hacen exactamente? La página oficial del HJV los describe como «una organización militar voluntaria de respuesta a emergencias que apoya a la Defensa danesa». Sus miembros, que en su vida cotidiana trabajan en sectores ajenos a lo militar, reciben formación en esta área. elDiario.es conversó recientemente con Anne Kaae, una nueva voluntaria sin experiencia militar previa, quien decidió unirse por su «preocupación» por los acontecimientos mundiales.
«Una amplia gama de tareas». En un artículo reciente, el diario describió un entrenamiento cerca de Copenhague con 40 hombres y mujeres, que fuera del uniforme del HJV, son ciudadanos comunes. Algunos son veteranos de guerra, pero la mayoría estudian o tienen trabajos no relacionados con el ámbito militar. Gracias a su formación, la Guardia Nacional participa en labores de vigilancia, búsqueda de desaparecidos y preparación ante fenómenos meteorológicos extremos dentro de Dinamarca.
«Resolvemos una amplia gama de tareas para las Fuerzas Armadas, la respuesta global ante emergencias y la sociedad civil», destaca el HJV, que también apoya misiones internacionales en menor medida. En marzo, el Ministerio de Defensa señaló que el número de voluntarios activos supera los 14.000. El flujo de inscripciones ha sido tan elevado que algunos nuevos voluntarios pueden enfrentarse a «un tiempo de espera adicional».
Importa cuánto… e importa el cuándo. El incremento de alistamientos en el HJV es significativo, pero también lo es el contexto geopolítico en el que se da, marcado por tres grandes focos: Ucrania, Rusia y Estados Unidos. A los tres años de guerra en Ucrania se suma desde el 20 de enero el regreso de Trump a la Casa Blanca, su cercanía a Moscú, el alejamiento de la UE y sus declaraciones sobre la OTAN, generando incertidumbre sobre la participación de Washington en la Alianza Atlántica.
Si el escenario no fuera ya de por sí complejo, se suma en Dinamarca la tensión con Washington por Groenlandia. Trump ha mostrado su deseo de que Estados Unidos controle la isla ártica, vinculada administrativamente a Copenhague, e incluso ha sugerido el uso de la fuerza para lograrlo. «No digo que vaya a hacerlo, pero no descarto nada. Necesitamos Groenlandia urgentemente para la seguridad internacional», afirmaba el líder estadounidense en una reciente entrevista con NBC News.
«Una situación peligrosa». Más allá de la HJV, Dinamarca ha decidido reforzar su defensa. En febrero, el gobierno liderado por Mette Frederiksen anunció planes para movilizar 6.700 millones de euros en dos años para un refuerzo urgente de su defensa, con el objetivo de alcanzar el 3,2% del PIB.
«Estamos en la situación más peligrosa en muchos años. Debido a la amenaza rusa, para defender Dinamarca y evitar la guerra, promovemos un nuevo refuerzo», resumía la primera ministra danesa, quien visitó recientemente la Guardia Nacional. El esfuerzo militar incrementado de Copenhague también contempla destinar 53,6 millones de euros para equipar al HJV.
Dinamarca no está sola en su aumento de gasto militar. La UE estima que entre 2021 y 2024, el gasto en defensa de los estados miembros se incrementó un 30% y prevé que la inversión continúe creciendo en los próximos años, para lo cual Bruselas ha trazado un plan de «rearme» milmillonario. Paralelamente, reaparece en el debate internacional una figura antaño controvertida: el servicio militar obligatorio.
Imágenes | Hjemmeværnet 1, 2 y 3
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