Durante las dos últimas décadas, el incremento del cáncer colorrectal en adultos jóvenes ha generado gran preocupación. Este aumento, notable en contraste con el descenso del mismo cáncer en mayores de 70 años, sigue siendo un enigma sin una causa certera.
Sin embargo, un reciente estudio conducido por cientÃficos españoles ha identificado un posible culpable: la colibactina, una toxina derivada de ciertas cepas de Escherichia coli.
La crisis del cáncer colorrectal. El término «epidemia» no es exagerado. Como señalaba Manuel Ansede, la preocupación emergió en EEUU hacia finales de los 2000 cuando el cáncer colorrectal mostraba una leve disminución entre los mayores, mientras que en menores de 50 años las tasas aumentaban un 1,5% anual. En Europa, este incremento alcanzó un preocupante 8% entre los veinteañeros.
Esto no solo representa un serio problema de salud pública, sino también un enigma intrigante. ¿Qué podrÃa estar impulsando este fenómeno?
La primera pista revelada. En 2020, investigadores en PaÃses Bajos identificaron que ciertas cepas de Escherichia coli liberaban colibactina, una toxina con el potencial de inducir mutaciones cancerosas en el ADN de infantes. Aunque esta vÃa de investigación era prometedora, aún quedaban muchas incógnitas por resolver.
El reciente estudio publicado en Nature busca disipar esas dudas.
¿Qué han encontrado? Los investigadores examinados casi mil tumores de esta clase provenientes de 11 paÃses y tres continentes, analizando no solo su ADN, sino también la variedad, tipologÃa y caracterÃsticas demográficas. Los hallazgos son reveladores.
Descubrieron que dos marcas genéticas asociadas con la toxina eran 3,3 veces más comunes en tumores de individuos jóvenes en comparación con aquellos en mayores de 70 años. Además, estas marcas son especialmente prevalentes en paÃses donde la incidencia del cáncer de colon en jóvenes es alta.
¿Qué implica esto? Según Ludmil Alexandrov, de la Universidad de California en San Diego, «Las firmas mutacionales actúan como registros históricos en el genoma, sugiriendo que la exposición temprana a la colibactina fomenta un inicio prematuro del cáncer colorrectal».
Los efectos perjudiciales de esta toxina parecen manifestarse desde los primeros años de vida. En teorÃa, si una mutación impulsora ocurre a los 10 años, el desarrollo del cáncer podrÃa adelantarse y presentarse a los 40 años en lugar de los 60, según Alexandrov.
Un avance significativo. Este descubrimiento es alentador, aunque inicial y aún en desarrollo. No obstante, para combatir esta epidemia, es crucial entender su origen. Y, por el momento, todo apunta a que nuestras vidas modernas tienen mucho que ver.
«El aumento de infecciones por esta cepa de Escherichia coli en paÃses industrializados sugiere cambios en el estilo de vida», menciona DÃaz Gay en El PaÃs. ¿Cómo podemos aprovechar esta información? Aún no lo sabemos, pero estamos en camino de descubrirlo.
Imagen | JC Gellidon | National Cancer Institute
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