La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) pronostica una nueva temporada estival con temperaturas superiores a lo habitual. Aunque esto ya no resulta sorprendente, nos plantea dos cuestiones: ¿cuándo fue la última vez que experimentamos un verano «normal»? Y más importante, ¿qué significa ahora «normal»?
Anticipando el calor. Recientemente, Rubén del Campo, portavoz de la AEMET, presentó tanto el balance climático de la primavera (de marzo a mayo) como el pronóstico para el verano. La predicción es clara: calor.
Del Campo señaló que “es muy probable que el trimestre sea más cálido de lo habitual en toda España”. La probabilidad de un verano caluroso es del 60% en la mayor parte del país, pero alcanza el 70% en parte de la costa mediterránea, Baleares, el interior peninsular y Canarias. En contraste, la probabilidad de un verano más frío es solo del 10%.
Primavera templada y lluviosa. Durante su presentación, Del Campo revisó los datos de la primavera pasada. Aunque mayo terminó con temperaturas altas, la anomalía térmica en la península fue solo de 0,3º C por encima del promedio, lo que significa que, térmicamente, fue una primavera “normal”.
En Canarias, la anomalía fue de 0,2º C por debajo del promedio; en contraste, Baleares experimentó una primavera cálida con 0,9º C por encima.
En cuanto a precipitaciones, la primavera fue “muy húmeda”, con lluvias que alcanzaron el 151% del promedio. En el sur y Canarias, las precipitaciones duplicaron su volumen normal (205%).
El último verano “normal”. ¿Cuándo experimentamos por última vez un verano con temperaturas en el promedio? Según AEMET, desde 1991 a 2020, solo los veranos de 2018 y 2021 se ajustaron a la media.
Sin embargo, para esos años, la referencia era el periodo 1981-2010, más baja que la actual. Para encontrar un verano significativamente más frío, debemos remontarnos a 2014.
“El último verano más frío que lo normal es de 2014. La nueva normalidad son veranos más cálidos”, afirmó Del Campo.
El verano de 2014. Tres de los cuatro veranos entre 2011 y 2014 fueron más frescos, destacando 2014 por ser el más reciente y menos cálido, con casi un grado por debajo del promedio entre 1991 y 2020.
En 2014, la referencia era el periodo 1971-2000, así que para encontrar un verano considerado “normal” entonces, debemos mirar atrás hasta 2007.
La nueva normalidad. Este cambio ilustra cómo el aumento de las temperaturas redefine lo que consideramos “normal”, haciendo parecer lo cálido de antes como actual o incluso fresco.
Con el continuo ascenso térmico, lo que hoy es el último verano más frío, como 2014, podría ceder ese puesto en menos de una década a veranos como los de 2018 y 2021, que ahora parecen cálidos pero pronto serán vistos como estándar.
Imagen | Victoria Whiteley / AEMET
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