España, aunque no siempre se mencione, es un paÃs donde los acuÃferos juegan un papel crucial, ya que cubren más del 90% del territorio según el Ministerio de Transición Ecológica. De hecho, el agua que abastece a uno de cada cinco españoles proviene de estos recursos subterráneos.
Lamentablemente, desde hace décadas, España ha estado explotando de manera excesiva estos acuÃferos, causando su contaminación e incluso desaparición. Cabe destacar que entre 20.000 y 30.000 hectómetros cúbicos de agua se originan en estos acuÃferos.
¿Podemos encontrar una manera de rescatarlos?
Existen diversas soluciones. Sin embargo, la historia sugiere que cualquier intento de racionalizar el consumo presenta desafÃos a medio plazo. La «ley de Say» ilustra esta realidad: cada recurso liberado a través de mejoras en el sistema hÃdrico, gracias a las restricciones, inversiones y optimización en la gestión, se redirige a otros sectores económicos.
Como han señalado en Datadista durante años, las «medidas de emergencia» implementadas para combatir la sequÃa han exacerbado el problema al ampliar los regadÃos, intensificando asà la sobreexplotación y contaminación de acuÃferos y humedales. A medida que el problema persiste, se sigue extrayendo agua del subsuelo con consecuencias cada vez más graves.
Una gestión que sigue sin llegar. En 2019, WWF España advirtió que los principales acuÃferos del paÃs han sido explotados intensamente durante años. Además, el Instituto Geológico y Minero ha documentado durante décadas la salinización en los acuÃferos costeros españoles mediterráneos e insulares, aunque hasta ahora, solo en casos aislados se ha gestionado adecuadamente esta situación.
¿PodrÃa haber otra manera de preservar los acuÃferos? Investigadores de la Universidad de Granada y el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de AndalucÃa se cuestionaron esto. Con el respaldo del proyecto europeo LIFE Wood for Future, han analizado cómo las choperas pueden influir en los acuÃferos.
Los resultados son muy prometedores, pues han comprobado que las choperas pueden depurar aguas contaminadas por fertilizantes agrÃcolas, utilizando los nitratos en su crecimiento y evitando asà que contaminen las aguas subterráneas.
El potencial es mucho más que teórico. Los investigadores sostienen que las choperas ya están ayudando a prevenir la contaminación del acuÃfero de Granada, esencial para 39 municipios, superando ampliamente los lÃmites legales de concentración de nitratos establecidos en 37,5 mg/l en aguas subterráneas.
Una opción poderosamente eficaz. Los chopos, gracias a su rápido crecimiento (alcanzando los 20 metros en solo una década), no solo depuran naturalmente el agua de nitratos, sino que además tienen una notable capacidad para capturar CO2 de la atmósfera, logrando hasta 20 toneladas al año.
Resulta curioso observar cómo dos problemáticas crÃticas de España, la gestión de los acuÃferos y la salud de los árboles, se encuentran ahora intrÃnsecamente vinculadas.
Imagen | Silvan Schuppisser / Garnica
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