A comienzos de este año, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró con satisfacción que Europa habÃa superado la crisis energética durante dos años consecutivos. Sin embargo, el final de este año pinta un panorama muy diferente.
Las reservas. En los últimos tres años, la Unión Europea ha vaciado sus almacenes de gas más rápido que en años anteriores debido a la crisis energética. Este fenómeno se debe a varios factores: un aumento en la demanda causado por un clima más frÃo, la dependencia de los depósitos subterráneos, la reducción de importaciones de gas natural licuado y una mayor competencia.
El volumen de gas en los almacenes del bloque ha disminuido aproximadamente un 19% desde finales de septiembre, cuando generalmente se completa la temporada de recarga en los mercados de gas, hasta mediados de diciembre, según datos de Gas Infraestructura Europa.
En los dos años previos, como mencionaba la presidenta de la Comisión Europea, las reservas se mantuvieron relativamente llenas hasta bien entrada la temporada invernal gracias a temperaturas más altas.
El inicio del problema. El conflicto bélico puso en alerta a Europa, que dependÃa del gas ruso en un 40%. Esta dependencia forzó a algunos paÃses como Eslovaquia, HungrÃa y Austria a alinearse con las decisiones del Kremlin en ese momento. Además, la situación llevó a Rusia a buscar maneras de eludir las sanciones y continuar distribuyendo su gas.
Factores adicionales. Europa también ha enfrentado una mayor competencia por las importaciones de GNL desde Asia, donde los compradores son atraÃdos por precios más bajos, lo que ha desacelerado las importaciones y aumentado la dependencia de las reservas almacenadas.
A esto se suma el fenómeno climático conocido como ‘Dunkelflaute’ y una red eléctrica envejecida. El ‘Dunkelflaute’ ocurre en invierno y se caracteriza por bajos niveles de producción energética por la falta de viento y sol. Además, el 40% de las redes eléctricas en Europa tienen más de 40 años, lo que provoca fallas en el sistema y fluctuaciones en el precio de la electricidad.Â
Más complicaciones. Las reservas deben estar al 90% a principios de noviembre, de acuerdo con la normativa de la Comisión Europea. Sin embargo, una gran parte de los suministros proviene en forma de GNL, y aquà entra Estados Unidos, uno de los mayores proveedores de la UE. La situación podrÃa cambiar con las amenazas del presidente electo, Donald Trump, quien ha advertido que los paÃses europeos deben comprometerse a comprar grandes cantidades de petróleo y gas o enfrentar aranceles.
En la misma lÃnea, Qatar ha amenazado con detener envÃos de GNL si los estados miembros aplican estrictamente la nueva legislación que penaliza a las empresas que no cumplen con criterios de emisiones de carbono, derechos laborales y derechos humanos.
Antecedentes. La última vez que las reservas de gas se vaciaron tan rápidamente fue a mediados de diciembre de 2021, cuando Rusia comenzó a cortar los suministros a través de gasoductos.
En la actualidad, los niveles de almacenamiento de gas de la UE se ubican en un 75%, un poco por encima del promedio de los últimos diez años, previo a las sanciones a las importaciones rusas. Vaciar las reservas durante el invierno podrÃa dificultar y encarecer su reposición para el próximo año. A pesar de estos retos, Europa tiene la oportunidad de explorar otras alternativas para reducir su dependencia del gas natural convencional, como el desarrollo del biometano.
Imagen | Brian Cantoni y Unsplash
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