En la actualidad, existe una amplia gama de nutrientes disponibles en formato de pastilla o similares: vitaminas, minerales y otros compuestos que usualmente obtenemos de los alimentos, pero presentados de una manera más conveniente. Muchas de estas pastillas contienen una diversidad significativa de estos nutrientes.
Esto nos lleva a plantearnos: ¿podemos reunir todos los micro y macronutrientes, asà como toda la energÃa que nuestro cuerpo requiere, en un formato simple? Y si es posible, ¿estamos cerca de lograrlo?
La respuesta corta es un rotundo «no». La razón es que no todos los nutrientes son iguales y algunos simplemente no pueden comprimirse en una sola pastilla.
Para entender el desafÃo que supone crear una pastilla capaz de nutrir, primero debemos comprender la clasificación de los nutrientes. Estos se dividen en dos grupos.
El primero incluye los macronutrientes, los cuales se dividen en grasas o lÃpidos, carbohidratos y proteÃnas o aminoácidos. El segundo grupo comprende los micronutrientes, como las vitaminas y minerales necesarios para nuestras funciones corporales. La diferencia clave entre ambos grupos radica en la cantidad (y aquà es donde reside el principal obstáculo para concentrar toda la nutrición en una pastilla).
La alimentación puede verse como un medio para que nuestro cuerpo obtenga dos cosas esenciales. Por un lado, los elementos y compuestos quÃmicos necesarios para su funcionamiento diario, como aminoácidos, minerales y vitaminas. Por otro, la energÃa, que principalmente se obtiene a través de los carbohidratos y las grasas (aunque en situaciones de emergencia, el cuerpo puede «reciclar» sus propias proteÃnas para obtener energÃa).
La energÃa representa el problema principal, ya que incluso las fuentes más concentradas, como las grasas, requieren volúmenes significativos para proporcionarnos la energÃa diaria que necesitamos (entre 1.600 y 3.000 calorÃas para adultos, dependiendo del cuerpo y los hábitos).
La idea de los suplementos de lÃpidos no es nueva, pero reunir la cantidad necesaria de grasa en una sola pastilla (que también deba contener otros compuestos) no parece viable. En el mejor de los casos, necesitarÃamos varias pastillas diarias.
«Los seres humanos nunca van a alimentarse solo de pastillas… no se pueden fabricar pastillas que contengan suficiente volumen calórico», explicaba el profesor de la Universidad de Columbia Milton A. Bridges en un artÃculo de 1936 del Jefferson City Post-Tribune, citado por la BBC. «Es plausible proporcionar todas las vitaminas y minerales en formato pastilla, pero no es posible obtener las calorÃas necesarias sin consumir alimentos.»
Aunque aún no contamos con comida en pastilla, sà existen productos que buscan ofrecer todos los micro y macronutrientes necesarios en un formato más voluminoso, como los batidos. Estos no son nuevos: hace una década comenzaron a popularizarse fórmulas como Soylent o Joylent.
¿Es posible vivir y mantenerse sano con estas fórmulas? No lo sabemos con certeza, pero hay razones para dudar. La primera es que la nutrición humana es extremadamente compleja. Aunque sabemos mucho, es posible que nuestros cuerpos requieran pequeñas cantidades de algún micronutriente todavÃa no reconocido.
Esto no es necesariamente asÃ, pero para confirmarlo necesitarÃamos experimentos rigurosos y a largo plazo, algo complejo de realizar actualmente.
El segundo motivo radica en la diversidad de nuestros cuerpos: distintas edades, sexos y masas corporales requieren fórmulas especÃficas para satisfacer las necesidades corporales. Incluso variando estas variables, la diversidad serÃa enorme debido a trastornos y condiciones de salud, hábitos cotidianos, y otros factores que complicarÃan la personalización de pastillas o batidos.
Transformar nuestra dieta en una serie de pastillas tendrÃa ventajas, pero quitarÃa el placer de la gastronomÃa. Actualmente, esta opción parece más cercana a la ciencia ficción o a distopÃas que privan de libre albedrÃo.
A pesar de esto, estas opciones podrÃan encontrar su lugar, facilitando la alimentación en viajes interplanetarios o en contextos donde el acceso a alimentos es limitado.
Imagen | danilo.alvesd
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