Durante varios meses, Italia y Suiza han estado trabajando en la implementación de ciertos ajustes en la línea fronteriza que los separa, la cual sigue distintos puntos de la cordillera de los Alpes. Este proceso, que actualmente está a la espera de la aprobación por parte de las autoridades italianas, comenzó en la primavera del año pasado en respuesta a las transformaciones en la geografía alpina.
Estas transformaciones son consecuencia de la disminución de hielo en los glaciares alpinos, lo que nos lleva a un desafío global: el cambio climático.
Por su propia naturaleza, los glaciares son entidades geográficas en constante cambio. No obstante, hasta ahora, esos cambios no habían generado grandes problemas debido a su lentitud, y aparte de variaciones estacionales, la forma de los glaciares se mantenía estable.
El aumento progresivo de las temperaturas globales ha impactado en numerosos ecosistemas naturales, pero quizás el impacto más visible del cambio climático ha sido la pérdida de hielo en regiones como el Ártico. Los glaciares también han sido afectados, y en los últimos años hemos presenciado como algunos se redujeron de manera significativa, mientras que otros desaparecieron por completo.
Los glaciares que marcan fronteras no son exclusivos de la línea que divide a Italia y Suiza, ni siquiera de los Alpes o de Europa. Aunque la Antártida y Groenlandia albergan el 99% de los glaciares del planeta, se pueden encontrar ejemplos de glaciares fronterizos en otras regiones del mundo, tanto en Asia como en América.
Ejemplos de glaciares fronterizos se encuentran en las fronteras entre Noruega y Suecia, Suiza y Austria, China y Pakistán, o Argentina y Chile. Las montañas han sido siempre útiles accidentes orográficos para demarcar límites territoriales, lo que ha llevado a que diversos glaciares se dividan entre naciones.
Incluso hay fronteras subnacionales que podrían necesitar ajustes debido a este fenómeno. Un caso es el límite entre las provincias canadienses de Alberta y la Columbia Británica, donde el glaciar Haig, ubicado en las Montañas Rocosas del oeste canadiense, podría ser afectado.
No siempre será sencillo
El caso de la frontera entre Suiza y la India ha sido ejemplar, pero no todos los países están dispuestos a modificar sus fronteras fácilmente. Algunos glaciares incluso se encuentran en territorios en disputa, como la región de Cachemira, objeto de controversia entre India y Pakistán desde la independencia de este último.
El glaciar de Siachen es quizás el ejemplo más destacado de esta problemática. Se ubica en la región fronteriza entre Pakistán, India y China. Aunque India y China han disminuido recientemente sus tensiones fronterizas, la posibilidad de alcanzar acuerdos amistosos ante posibles cambios en este glaciar es limitada.
La frontera entre Chile y Argentina también ilustra esta situación. A pesar de que las relaciones entre ambos países no son especialmente tensas, se presentan desafíos en una región con alta concentración de glaciares, como el glaciar Viedma en el campo de hielo patagónico sur, donde aún persisten áreas fronterizas indefinidas. Aunque se han logrado avances en acuerdos para delimitar esta frontera, todavía queda una porción considerable sin definir claramente.
Los glaciares transfronterizos presentan otros desafíos, como la gestión de recursos hídricos. Los glaciares son fuentes de ríos que a menudo cruzan de un país a otro. Un ejemplo es el Ganges, un río vital que se alimenta de los glaciares en el sur del Himalaya, y cuya cuenca sustenta a más de 630 millones de personas en la India y Bangladesh.
Imagen | NASA
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