Hace una década, el ambicioso proyecto Burj Al Babas comenzó a tomar forma en un valle cercano a la villa de Mudurnu, situada entre Estambul y Ankara. Los promotores planearon crear una sorprendente miniciudad en TurquÃa con un concepto único: no serÃan mansiones modernas ni rascacielos, sino más de 700 castillos con una estética que recuerda a Disneyland.
Diez años después, Burj Al Babas es conocido internacionalmente, pero no por las razones que sus creadores habrÃan deseado. En lugar de ser un refugio para familias adineradas, se ha convertido en una ciudad fantasma llena de castillos estilo Disney a medio construir.
El atractivo de los castillos Disney. Los directivos del Grupo Sarot, la firma detrás del proyecto, visualizaron una villa compuesta por 732 castillos idénticos, inspirados en el castillo de Neuschwanstein. La idea era que cada residente pudiese disfrutar de la experiencia de ser un «señor del castillo».
Además del pintoresco diseño, el desarrollo incluirÃa un centro comercial inspirado en el Capitolio estadounidense, restaurantes de lujo, salones de belleza, spas y baños turcos.
El objetivo inicial era vender la mitad de los castillos a compradores del golfo Pérsico y el resto como propiedades compartidas para turistas turcos, en el encantador contexto de la pequeña villa de Mudurnu.
El entorno y las aguas termales. La región del Mar Negro de TurquÃa, donde se encuentra Mudurnu, fue elegida estratégicamente por Sarot debido a su paisaje boscoso y sus recursos naturales, permitiéndoles ofrecer a los castillos acceso a aguas termales.
La obra requirió la tala de una vasta área forestal, lo cual generó descontento entre los lugareños. Sin embargo, la urbanización prometÃa un clima más templado que el del Golfo, lo cual era un atractivo crucial para ciertos compradores.
El inicio del proyecto. En 2011, las autoridades locales aprobaron el inicio de la construcción de 80 castillos, un número que pronto se incrementó a 732. Aunque el proyecto prometÃa desarrollo económico, no todos los residentes estaban convencidos.
El exalcalde de Mudurnu, Mehmet Inegöl, que apoyó firmemente el proyecto, aún confÃa en que eventualmente beneficiará a la comunidad, argumentando que sus crÃticos finalmente llevarán a sus hijos a trabajar allÃ.
Por otro lado, hay voces crÃticas como la del ecologista Mehmet Cantürk, quien cuestiona el impacto ambiental y cultural del proyecto, describiendo los castillos como «castillos de Drácula» en lugar de amables mansiones Disney.
Progreso y comercialización. Las construcciones comenzaron en 2014 y por un tiempo avanzaron a buen ritmo. La comercialización fue bien recibida en paÃses como Kuwait y Arabia SaudÃ, donde la idea de poseer un castillo resultaba atractiva.
Las propiedades se valoraban entre 370,000 y 530,000 dólares, con variaciones basadas en su ubicación dentro del complejo. El coronel kuwaità Jassim Alfahhad es uno de los compradores que invirtió en el sueño de Burj Al Babas.
El declive del sueño. A pesar del rápido inicio, el proyecto se frenó en 2016, cuando cerca del 80% de los castillos ya estaban construidos, dejando a los compradores sin la posibilidad de habitarlos. Desde entonces, el sitio ha atraÃdo a exploradores urbanos y youtubers fascinados por su abandono.
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Problemas imprevistos. El proyecto se tambaleó debido a desafÃos económicos y polÃticos, incluido el hundimiento de la lira turca y las dificultades financieras de Grupo Sarot, que terminó en bancarrota en 2018.
Esperanza para el futuro. A pesar de los contratiempos, algunos, como Alfahhad, continúan esperanzados de que el proyecto se complete. La reciente reunión entre el presidente Erdogan y el emir de Kuwait ha reavivado la esperanza de que el proyecto pueda resurgir, incluso con el interés de un holding estadounidense.
El futuro de Burj Al Babas aún es incierto: ¿será una ciudad de castillos Disney o permanecerá como un inquietante conjunto de edificaciones inacabadas?
Imágenes | Burj Al Babas y Google Earth
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