El mapa del poder global ha cambiado; ya no se trata solo de poseer petróleo. La verdadera ventaja estratégica ahora se encuentra en el control de minerales críticos como el litio, níquel, cobre y tierras raras, esenciales para las tecnologías modernas. Controlar su acceso, producción y refinado significa tener las claves del futuro energético y digital. Según Fatih Birol, director de la IEA, en una entrevista con el Wall Street Journal, abrir una mina y hacerla rentable puede tomar hasta 17 años. Mientras muchos países apenas se inician en esta carrera, hay uno que ya lidera el camino.
El avance de China. El proverbio italiano «Piano piano si arriva lontano» (poco a poco se llega lejos) parece describir adecuadamente la estrategia de China. Desde principios del siglo XXI, Pekín ha implementado una estrategia de inversión a gran escala en toda la cadena de valor de los minerales críticos. Gracias a esto, China es actualmente el principal refinador mundial de 19 de los 20 minerales estratégicos evaluados por la IEA.
Estadísticas recientes. Entre 2020 y 2024, China fue responsable del 80% del crecimiento en el suministro global de litio y cobre. Su control es aún más significativo en ciertos minerales clave:
- Procesa el 95% del grafito utilizado en baterías de iones de litio.
- Posee el 98% de las tierras raras necesarias para imanes de alto rendimiento, fundamentales en motores eléctricos, turbinas eólicas y sistemas militares avanzados.
Fuera de China. Muchas de las minas y plantas procesadoras en África, América Latina y el sudeste asiático son propiedad parcial o total de empresas chinas, según el Wall Street Journal. En Indonesia, refina gran parte del níquel, vital para las baterías de alta energía. Mientras tanto, en la República Democrática del Congo, el cobalto está en manos de empresas chinas.
Oportunidades en reciclaje. China no se limita solo a extraer minerales. Ha visto una oportunidad en el reciclaje, con más de dos tercios del crecimiento global en reciclaje de baterías desde 2020 ocurriendo en el país. Esto refuerza su posición incluso en el ciclo final de vida de los minerales, consolidándose como un proveedor casi insustituible.
Occidente contra el tiempo. Regiones como Estados Unidos y la Unión Europea, que intentan reducir su dependencia, enfrentan diversas barreras financieras, regulatorias y logísticas. Además, la reciente caída de precios de muchos minerales críticos ha desincentivado la inversión, lo que complica la entrada de nuevos actores al mercado, según explica el Wall Street Journal.
Reacciones en marcha. En respuesta, Estados Unidos ha emitido órdenes ejecutivas para agilizar permisos y fomentar la inversión interna. La Unión Europea, por su parte, introdujo el Critical Raw Materials Act, priorizando 47 proyectos estratégicos para financiamiento y autorizaciones. Aunque estos esfuerzos buscan reducir la dependencia, los beneficios no se verán hasta dentro de una década.
Concentración de minerales. La IEA informa que el 86% de la producción refinada de minerales críticos proviene de solo tres países, y en muchos casos, de uno solo: China. Desde 2023, Pekín ha restringido la exportación de varios minerales esenciales para industrias clave.
Consecuencias y desafíos. Estas restricciones han generado aumentos de precios y preocupaciones entre gobiernos y empresas. La dependencia de pocos proveedores convierte la cadena de suministro en un sistema frágil. Según la IEA, una interrupción prolongada podría incrementar los precios globales hasta en un 50%.
El desafío del cobre. El cobre, aunque común, es esencial para la electrificación y presenta uno de los mayores retos. Para 2035, podría haber un déficit de suministro del 30% debido a la caída en su calidad, falta de nuevos hallazgos y altos costos de desarrollo, advierte la IEA.
Nueva dinámica de poder. En un mundo que se electrifica, los minerales críticos son ahora el eje del futuro energético y tecnológico. Su producción concentrada en pocos actores y los largos plazos de desarrollo obligan a una acción rápida y coordinada. En esta nueva geopolítica, el tiempo es tan valioso como el litio.
Imagen | PxHere
Xataka | China fue durante décadas el mayor emisor de CO2 del planeta. Las renovables están corrigiendo lo que parecía imposible
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