Durante los últimos treinta años, la industria farmacéutica ha disfrutado de una exención arancelaria en el contexto del comercio internacional. No obstante, la guerra comercial iniciada por las políticas arancelarias del nuevo gobierno de los Estados Unidos pone en riesgo incluso a los productos de primera necesidad.
Un giro inesperado. Ayer por la noche, el presidente Donald Trump declaró una moratoria de 90 días para la implementación de nuevos aranceles en varios países, un día después de anunciar en el Comité Nacional del Congreso Republicano la llegada inminente de «grandes aranceles» que impactarían al sector farmacéutico.
Esta situación genera incertidumbre para la industria farmacéutica europea, cuya estabilidad inmediata depende de si esta pausa se traduce también en una tregua para los aranceles específicos que se habían anticipado para este sector, generalmente exento de las tarifas que afectan al comercio en general.
Un sector con condiciones especiales. Hasta ahora, la industria farmacéutica ha estado protegida por exenciones arancelarias bajo el Acuerdo para el Comercio de Productos Farmacéuticos de 1994 de la Organización Mundial del Comercio, en el que participan la Unión Europea, Estados Unidos y otros países como Reino Unido, Suiza o Japón. Este acuerdo eliminó los aranceles sobre una amplia gama de medicamentos y productos farmacéuticos.
Conflicto comercial. Este fenómeno se desarrolla en el marco de una contienda comercial agravada por las nuevas tarifas estadounidenses. Aunque el tema arancelario ha sido debatido durante meses, la situación se intensificó el pasado viernes cuando Trump anunció desde la Casa Blanca las tarifas “recíprocas” que se aplicarían a cada país, incluida la Unión Europea.
Ayer, cuando los aranceles parecían imponerse, el mandatario estadounidense retrocedió parcialmente al anunciar tarifas del 125% para productos chinos y una moratoria de 90 días para otros países.
Medidas urgentes. El anuncio de Trump sobre tarifas específicas para la industria coincidió con la solicitud de la EFPIA (European Federation of Pharmaceutical Industries and Associations), quien instó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a tomar medidas «rápidas y radicales» para evitar un «riesgo de éxodo» de los productores europeos hacia Estados Unidos.
En Estados Unidos, los analistas se muestran escépticos frente a un posible éxodo. “Aunque los detalles son vagos, nos oponemos firmemente a los aranceles sobre cualquier producto farmacéutico, ya que es poco probable que fomenten la relocalización de la manufactura en EE.UU.”, declaró Evan Seigerman, analista de BMO Capital Markets, a Reuters. “Debido a la complejidad de la cadena de suministro farmacéutica, no esperamos cambios significativos en la industria.”
Ozempic, en el centro de la discusión. Recientemente se manifestó Lars Fruergaard Jørgensen, CEO de Novo Nordisk, la compañía creadora de Ozempic y Wegovy. El directivo mostró preocupación al afirmar: “habrá impactos a corto plazo mientras mitigamos el efecto de los aranceles”, señaló Bloomberg.
El caso de Ozempic es particularmente significativo. Por un lado, la demanda de este tratamiento para la diabetes, ahora utilizado para perder peso, ha superado su oferta. Además, está compitiendo con la tirzepatida de Eli Lilly, disponible como Zepbound y Mounjaro en Estados Unidos.
Jørgensen también mencionó los medicamentos genéricos: “La mayor parte de los medicamentos son genéricos”, declaró a Bloomberg. “Imponerles tarifas podría llevar a una escasez de medicamentos o a un aumento de precios”. A pesar de esto, Estados Unidos monitorea de cerca los precios de este medicamento, mientras se difunden rumores sobre aranceles falsos.
Impacto global desde Australia hasta España e India. El asunto de los genéricos ha resonado en países como India y Australia. En la «lista de agravios» comerciales de España, preocupa la regulación de precios de los productos farmacéuticos, entre otros temas.
España no está sola: en Australia, el PBS (Pharmaceutical Benefits Scheme) ha sido parte del debate arancelario. Este sistema regula a la baja los precios de los medicamentos, haciendo que la llegada de un genérico reduzca los precios de sus alternativas, como explicó Deborah Gleeson de la Universidad de La Trobe en The Conversation.
Un país crucial en este contexto es India, un proveedor fundamental de medicamentos para el mercado estadounidense. Los productores indios temen que los aranceles encarezcan sus productos, elevando los precios en Estados Unidos.
Imagen | Glsun Mall
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