La Casa Blanca Insta a la Industria a Abandonar C/C++. Rust Gana Terreno en medio de la Controversia en Linux

En las últimas semanas, coincidiendo con el regreso de Donald Trump, la Casa Blanca ha optado por modificar varias de sus políticas implementadas en los últimos cuatro años… sin embargo, hay un área específica del ámbito tecnológico donde aún no se ha visto indicio de cambio…

Nos referimos al ampliamente discutido llamado a la industria tecnológica para dejar atrás los lenguajes de programación históricos como C/C++ en favor de los modernos ‘lenguajes seguros’.

El documento, publicado por la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura de EE.UU. (CISA) hace más de un año, no especificó qué lenguajes seguros contemplaba… excluyendo un único ejemplo: el cada vez más popular Rust.

La Nueva Promesa frente a los Venerables Veteranos

Desde su concepción, C y C++ han sido la base fundamental de la industria del software, soportando sistemas operativos, infraestructura crítica y aplicaciones de alto rendimiento (aunque el usuario promedio no interactúe directamente con ellas, sus fallas de seguridad sí pueden afectarle).

No obstante, la flexibilidad y potencia de estos lenguajes vienen acompañadas de significativos riesgos de seguridad, especialmente en términos de gestión de memoria, como los desbordamientos de búfer y el ‘uso de memoria después de su liberación’.

Por otro lado, desde su creación en 2010 (con C remontándose a 1972), Rust ha emergido como un favorito por su capacidad de brindar gestión segura de memoria sin comprometer el rendimiento.

Con un diseño centrado desde el inicio en la seguridad y la concurrencia, Rust aplica un mecanismo que previene errores comunes de memoria durante la compilación, eliminando así muchas vulnerabilidades susceptibles de ser explotadas.

Grandes corporaciones tecnológicas como Microsoft, Google y Amazon han estado experimentando con Rust en varios proyectos, notando mejoras significativas en términos de seguridad y estabilidad.

Incluso el equipo desarrollador del núcleo de Linux ha empezado a integrar soporte para Rust de manera experimental, lo que impulsó a muchos a proclamar un cambio de paradigma en la programación de bajo nivel.

Sin embargo, este anuncio resultó ser prematuro, considerando los acontecimientos posteriores.

Linux: Solo el Inicio de una Transformación en la Industria

Según Antonio Gramsci, las crisis políticas emergen cuando «lo viejo está muriendo y lo nuevo aún no ha nacido». Thomas Kuhn, en relación con las ‘verdades científicas’, afirmaba que «no triunfan convenciendo a los oponentes, sino esperando a que perecen y una nueva generación abrazase la nueva ‘verdad'».

Un tanto de esto sucede con Linux: a pesar de que formalmente existe un proyecto para integrar Rust, la comunidad de desarrolladores se ha dividido entre los entusiastas defensores de Rust (aunque minoritarios) y los ‘conservadores’ que creen que C continúa siendo la elección adecuada para el núcleo del sistema operativo.

Linus Torvalds, el creador de Linux, ha manejado este debate con una postura que ha evolucionado de cautelosa (reconociendo el potencial de Rust, pero sugiriendo una transición gradual) a más crítica (con duras palabras hacia quienes han criticado internamente la adopción de Rust).

La adopción de Rust ha provocado una gran controversia dentro de la comunidad, llevándose el debate incluso a las redes sociales. La reprimenda de Torvalds ya ha provocado una renuncia notable en el campo pro-Rust, donde se percibe que la batalla está perdida dentro del equipo del kernel.

Implicaciones para la Industria del Software

El llamado de la Casa Blanca trasciende una simple recomendación: influirá (aunque no de inmediato) en su política de contratación de proveedores y simboliza una clara prioridad gubernamental hacia la seguridad en la infraestructura digital. Aunque es improbable que C y C++ pierdan su dominio a corto plazo, la presión para adoptar Rust y otros lenguajes seguros continuará en aumento de manera constante.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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