La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos promete ser un verdadero terremoto. Grandes empresas como TSMC y Samsung ya sienten la amenaza sobre sus planes de expansión. Durante su campaña, Trump mostró una postura desfavorable hacia la industria de los vehÃculos eléctricos, un enfoque curioso considerando que uno de sus primeros nombramientos fue Elon Musk, CEO de Tesla, para un cargo gubernamental.
Lo interesante es que, pese a esta retórica contraria, Tesla podrÃa ser la gran beneficiada.
Trump y los vehÃculos eléctricos. Trump, en varias ocasiones durante su campaña, expresó su preferencia por los vehÃculos tradicionales de combustión, especialmente los estadounidenses. Prometió revisar o eliminar incentivos fiscales para los coches eléctricos, como los créditos de 7.500 dólares por vehÃculo, calificándolos como una «estafa verde» impulsada por Biden.
El objetivo de Trump es revitalizar la industria automotriz nacional y disminuir la dependencia de tecnologÃa extranjera, especialmente de China. En este contexto, resulta curioso que Musk haya contribuido con 119 millones de dólares a la campaña de Trump.
DOGE. El apoyo de Musk no tardó en rendir frutos. Tras la victoria electoral, Trump anunció la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Musk, enfocado en reducir el tamaño de la administración y los subsidios gubernamentales.
Eliminación de subsidios. Esta situación está llena de ironÃas, especialmente con fondos como los NEVI destinados al desarrollo de infraestructura para vehÃculos eléctricos. Aproximadamente un 14% de estos fondos benefició directamente a Tesla, recibiendo además 465 millones de dólares en 2020. Sin embargo, Musk ha manifestado su oposición a los subsidios.
Este verano, Musk declaró en X que acabar con los subsidios sólo beneficiarÃa a Tesla y sugirió eliminarlos para todas las industrias.
Ventaja competitiva. La industria del automóvil no tardó en reaccionar. Un grupo de fabricantes, incluyendo General Motors, Toyota y Volkswagen, pidió a Trump mantener los créditos fiscales para los vehÃculos eléctricos, ya que sin ellos la demanda caerÃa un 27% debido a la competitividad de los vehÃculos de combustión en términos de precio.
En julio, Musk comentó que la eliminación de estos créditos serÃa devastadora para sus competidores, pero apenas afectarÃa a Tesla.
No se trata solo de los vehÃculos; Tesla también lidera en infraestructura de recarga. Estados Unidos, con su vasta extensión, depende de la densidad de la red de cargadores, y Tesla lidera también en este aspecto. Esto ha llevado incluso a otras compañÃas a adoptar los cargadores de Tesla en sus vehÃculos.
El desafÃo de los vehÃculos chinos. Según el analista Dan Ives, Tesla tiene una ventaja incomparable en la industria de los vehÃculos eléctricos. Esta posición podrÃa darle a Musk una clara ventaja en un entorno sin subsidios. Tesla no solo compite con norteamericanos, sino también con chinos, y los aranceles podrÃan reforzar esta competitividad.
Aunque Tesla podrÃa salir beneficiada, los aranceles y la falta de subsidios podrÃan no detener a los fabricantes chinos si continúan innovando y reduciendo precios.
Historial de proteccionismo. Los esfuerzos proteccionistas no son nuevos y su impacto sobre los vehÃculos chinos aún está por verse. Las marcas chinas antes de los aranceles no dominaban el mercado estadounidense de forma significativa.
Impacto en Detroit. A Tesla le beneficiarÃa quedar como lÃder del mercado, pero las ‘Tres Grandes de Detroit’ podrÃan perder competitividad, reduciendo su inversión en innovación frente a regiones que sà apuestan por la propulsión eléctrica.
Ya hemos visto ejemplos: las acciones de las compañÃas de Detroit subieron tras la victoria de Trump, mientras que las de marcas extranjeras, como BMW y Mercedes, cayeron. Estas, al igual que sus homólogos europeos que fabrican en China, enfrentan restricciones de importación.
Más allá de los vehÃculos eléctricos. Tesla y Musk se benefician de un entorno sin competencia, pero el debate sobre subsidios va más allá de los vehÃculos eléctricos. Programas como ‘Chips and Science Art’ también enfrentan la desaprobación de Trump, quien podrÃa reducir o redistribuir dichos recursos.
El futuro de estas iniciativas está en juego con la administración de Trump y sus polÃticas prometidas, que podrÃan impactar varias industrias.
La participación de Musk en el gobierno podrÃa facilitar tratos favorables para sus empresas, incluyendo SpaceX, que colabora estrechamente con la NASA y las Fuerzas Armadas.
Imágenes | Gage Skidmore, Tesla
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