La nueva tendencia de Hollywood: Películas divididas en dos partes y la falta de comunicación al público deja a ‘Wicked’ en el centro de la polémica

‘Wicked’ ha logrado un éxito arrollador en las taquillas… al menos en Estados Unidos. Esta adaptación cinematográfica tan esperada del icónico musical de Broadway está rompiendo récords en su tierra natal, mientras que en otros países la acogida ha sido más moderada. Aunque existen múltiples razones para este desequilibrio, una en particular podría estar relacionada con un aspecto de su desarrollo que Universal ha mantenido en secreto para los espectadores.

Récords en taquilla. En Estados Unidos, la película de Universal ha recaudado 114 millones de dólares, ascendiendo a 164 millones a nivel internacional. Aunque los musicales no siempre aseguran el éxito, este ha logrado superar varios récords: mayor recaudación en su primer fin de semana para una película basada en un éxito de Broadway (superando a ‘Los miserables’), mejor debut para una película protagonizada por una estrella del pop, y mayor recaudación global del año para una película que no es una secuela. Sin alcanzar un récord, pero aún impresionando: es el tercer mejor estreno del año (después de ‘Deadpool y Lobezno’ y ‘Del revés 2’) y el sexto mejor debut para un musical en la historia (por encima de éxitos como ‘El rey león’, ‘La bella y la bestia’ o ‘Frozen 2’).

Un recibimiento tibio en España. Sin embargo, fuera de Estados Unidos, la película ha tenido una recepción más discreta. En España, por ejemplo, ha recaudado 1,65 millones de euros en 350 cines, según datos de Comscore. El analista Pau Brunet señala que los resultados son «más que correctos», superando a países con más salas como Italia, y con buenas perspectivas futuras gracias al boca a boca y las críticas positivas. A pesar de ello, está lejos de lo logrado en EE.UU.

El dilema del musical. Una de las razones para este desajuste es la naturaleza de ‘Wicked’ como musical. Además, está basado en un éxito de Broadway y un best seller literario poco conocidos fuera de Estados Unidos. Es similar al caso de ‘Hamilton’, fenómeno de masas en EE.UU. pero con menos impacto en Europa. El musical es un género profundamente estadounidense y goza de menor acogida internacional, evidenciado por cómo Universal ocultó su naturaleza en los tráileres y la promoción, similar a la estrategia de Warner con ‘Wonka’. Sin embargo, este no es el único gran secreto de la película.

Una en dos partes. ¿Cuántos espectadores saben que verán una historia incompleta en ‘Wicked’? Aunque esta primera parte tiene una duración igual a la obra completa de Broadway, sus dos horas y media no son suficientes para contar toda la historia. La publicidad y el marketing ocultan este hecho para no ahuyentar al público, aunque el director Jon M.Chu defiende que la estrategia ha sido clara y bien comunicada. La razón económica detrás de esto es evidente: filmar dos películas de 200 millones reduce costos y duplica ingresos al estrenarlas en dos Navidades consecutivas.

Una tendencia en alza. Esta táctica es arriesgada, pero gana adeptos. Películas como ‘Dune’, ‘Fast & Furious X’, ‘Spider-Man: Cruzando el multiverso’, ‘Misión Imposible: Sentencia mortal’ y ‘It’ (que probablemente inauguró esta moda de mantener en secreto su naturaleza) terminan en continuará, dejando tramas abiertas. Todas esconden este detalle a los espectadores, con la posible excepción de la de Tom Cruise, que recaudó menos que entregas previas: 220 millones menos que su predecesora. La octava parte se retrasó a 2025 y se eliminaron referencias a ‘Parte 1’ y ‘Parte 2’ en los títulos para suavizar las críticas.

Los riesgos de la fragmentación. Sin embargo, esta no es una apuesta segura. Universal podría haber recordado el fracaso de ‘Leal’, última entrega de ‘La serie Divergente’, que fue tan mal en taquilla que la conclusión nunca se estrenó en cines. Otro ejemplo reciente es ‘Horizonte’, de Kevin Costner, cuya mala recepción dejó a su segunda parte, ya filmada, sin fecha de estreno. Pero el éxito de otras películas mencionadas y precedentes como las últimas entregas de Harry Potter continúan incentivando a los estudios a tomar estas decisiones.

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