México es un auténtico paraÃso arqueológico. Aunque las ruinas mayas de la penÃnsula de Yucatán suelen robar protagonismo, el corazón de Mesoamérica alberga sitios igualmente fascinantes. Entre ellos, destaca La Quemada, que algunos consideran el posible origen de los aztecas. Un reciente estudio se ha centrado en desentrañar el misterio de sus enigmáticas fosas de fuego, un fenómeno que sigue desconcertando a arqueólogos.
Aunque no hay certeza sobre si fue el lugar de origen de los mexicas, sà se ha conseguido determinar cuándo se encendieron las llamas y se intenta comprender su propósito.
Chicomóztoc. Estratégicamente ubicada en el centro de México, La Quemada aprovechó los abundantes recursos naturales de la región. Alrededor del 300 d.C., un pueblo se asentó en el lugar y con el tiempo se erigió como una urbe fortificada hacia el 800 d.C., alcanzando su auge y continuando su desarrollo hasta el 1200 d.C.
Dicha floreciente civilización fue luego abandonada gradualmente, y al llegar los conquistadores españoles, hallaron ruinas y vestigios de incendios. De ahà proviene el nombre «La Quemada». Fue en 1780 cuando Francisco Javier Clavijero relacionó este sitio con el mÃtico Chicomóztoc, cuna de los mexicas.
Parte de la ciudadela y la pirámide
El patio de columnas
Zona arqueológica. La Quemada, situada en lo alto de un cerro, presenta una variedad de restos arquitectónicos, como defensas sólidas, una cancha de pelota de 70 metros y varios edificios ceremoniales, destacando su pirámide Votiva y un observatorio. Sin embargo, lo que más intriga son sus enormes hoyos.
Los habitantes edificaron en fases sobre estructuras preexistentes, asà que los recientes estudios han investigado hoyos numerados de LQ1 a LQ5, utilizando el arqueomagnetismo para datar su uso.
El arqueomagnetismo funciona como una brújula natural que revela cuándo un material se calentó, brindando pistas sobre la última vez que los hoyos fueron encendidos.
Se determinó que los hoyos LQ4 y LQ5 datan del periodo 675-903 d.C., mientras que el LQ1 fue activo entre 927 y 1101 d.C. El LQ2 mostró datos confusos, se sospecha que es de los más antiguos, y el LQ3 quedó sin conclusiones.
Misterio. Existen varias teorÃas sobre la finalidad de estos hoyos, desde ceremonias agrarias hasta rituales nocturnos. Especialmente intrigante es el LQ1, cuya actividad coincide con el declive del sitio, sugiriendo rituales de despedida. A pesar de las especulaciones, sigue siendo un misterio sin resolver.
El uso escalonado de estos hoyos reafirma la interpretación de un abandono paulatino. El fuego pudo haber sido un acto de recordar el pasado de La Quemada. El siguiente paso en el estudio será investigar los hoyos aún no excavados para obtener más respuestas.
Imágenes | Google Maps, Tianiser, JavierDo
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