Todos quisiéramos un profesor Keating en nuestras vidas, alguien que nos inspire a ver el mundo desde nuevas perspectivas y nos motive con su famosa frase «carpe diem». Sin embargo, esta figura ideal está en riesgo de ser desplazada por la inteligencia artificial, al igual que muchas otras profesiones.
Un profesor disponible las 24 horas, los 7 dÃas de la semana. Las empresas de IA presentan al profesor humano como un obstáculo. Argumentan que un docente tiene un alcance limitado y un horario restringido, mientras que la inteligencia artificial podrÃa ofrecer una enseñanza personalizada y permanente. Sin embargo, esta visión simplifica la labor docente a mera transmisión de conocimientos, ignorando su rol como mentor y catalizador del interés y la curiosidad del alumno.
Evaluaciones constantes. La evaluación es un pilar clave del sistema educativo y consume buena parte del tiempo de los docentes. La IA propone corregir rápidamente y a gran escala, permitiendo que los profesores se dediquen a otras labores. Sin embargo, la evaluación humana comprende mucho más que detectar errores: se valoran el esfuerzo, la capacidad de razonamiento, la creatividad y el contexto del estudiante. Los sesgos en la IA son una amenaza y promueven un modelo educativo basado en respuestas correctas en lugar de procesos reflexivos.
Educación controlada por empresas. Tradicionalmente, las instituciones educativas han sido responsables de asegurar un currÃculo coherente y de calidad. Las empresas de IA desean ocupar este rol, eligiendo qué se enseña y cómo. Esto podrÃa fragmentar la educación y hacerla dependiente de intereses comerciales, socavando su función como base de la sociedad.
Las humanidades en peligro. La IA cuestiona la importancia de memorizar, ya que proporciona respuestas inmediatas a todo conocimiento. Esto lleva a priorizar habilidades técnicas y de «prompt engineering», dejando en segundo plano disciplinas como la filosofÃa, el arte y el pensamiento crÃtico, esenciales pero difÃciles de cuantificar. El objetivo pasa de formar individuos a preparar trabajadores para el sector tecnológico.
Reducción de la inversión social. Las empresas detrás de este enfoque buscan escalar y ser rentables, prometiendo ahorros significativos en infraestructura y personal docente. Sin embargo, esto puede desencadenar una transformación profunda en uno de los pilares de la sociedad: la educación.
Bill Gates y el futuro de la enseñanza con IA. Bill Gates, cofundador de Microsoft, ha sido un firme defensor de los profesores de IA desde los inicios de ChatGPT. Él cree que estas tecnologÃas podrÃan igualar las oportunidades educativas, al ofrecer tutores accesibles y adaptativos para todos los estudiantes, algo que considera costoso actualmente.
La visión compartida de OpenAI y Khan Academy. Hace un año, el lanzamiento de GPT-4o destacó por su capacidad de interactuar directamente con los usuarios. En una demostración junto a Khan Academy, el modelo ofreció una lección de geometrÃa impecable. Aunque Khan tiene un interés en el tema, su charla TED sobre cómo la IA podrÃa salvar la educación es relevante.
Escuelas como guarderÃas. Luis von Ahn, de Duolingo, también avanza hacia la IA en educación. En un podcast reciente, señaló que, aunque existen buenos profesores, son escasos. Predice un cambio radical en la educación, más escalable con IA que con docentes humanos. No obstante, cree que los colegios no desaparecerán, pues se necesitará personal para cuidar a los estudiantes.
Imagen | Buena Vista Pictures
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