Reflexionar sobre el pasado puede ser una herramienta valiosa para aprender tanto de nuestros propios errores como de los aciertos de otros a lo largo de la historia. Hoy nos enfocaremos en los espartanos, una civilización reconocida por su inmensa fortaleza mental. Quizás recuerdes la película ‘300’, que retrata la Batalla de Termópilas entre espartanos y persas. Sin embargo, no abordaremos esa adaptación de Zack Snyder del cómic de Frank Miller. Nuestra discusión se centra en la resiliencia mental espartana.
Tal como indica National Geographic, el singular estilo de vida y modelo de gobierno espartano causaba admiración, pero también crítica entre los otros griegos. En esta ocasión, evitaremos juicios y optaremos por extraer algunas de sus normas de vida, modernizándolas y actualizándolas ligeramente para que nos sirvan en la búsqueda de una mayor fortaleza mental.
Enfócate en el presente
Los espartanos valoraban el «aquí y ahora», aceptando las dificultades como parte inevitable de la vida. Eran famosos por su pragmatismo y preferían resolver problemas de inmediato. Aunque su disciplina y entrenamiento eran sus principales recursos, no se enfocaban en el futuro, sino en desarrollar habilidades y resistencia en el presente. Su estilo de vida, valores y acciones se centraban en el presente.
De esta enseñanza podemos extraer una lección sencilla: mantener el foco en el presente. Si bien es útil aprender del pasado, vivir anclado en él nos impide experimentar la vida plenamente. La psicóloga Iria Reguera nos recordó que “es el momento de enfocarnos en el presente, en nuestra felicidad actual, y en cómo es nuestra vida ahora”. Siguiendo la psicología positiva clásica, es esencial aceptar que las cosas cambian y que el cambio equivale a crecimiento.
Enfrenta la incomodidad
Javier Murcia Ortuño, Doctor en Filología Clásica, explicó que la ventaja espartana en el campo de batalla se basaba en la estrategia y la disciplina. La agogé, su riguroso régimen de entrenamiento juvenil, era pura disciplina. Aunque hoy en día el entrenamiento espartano es visto más como una filosofía de vida que como un régimen de entrenamiento tradicional, mantener la incomodidad es una constante. Los espartanos creían que el crecimiento y la fuerza surgían al dejar la zona de confort. No sugiero que te levantes a las tres de la mañana para correr porque eso no te hará más fuerte mentalmente.
Aceptar la incomodidad implica asumir nuevas responsabilidades o desafíos que superen tus capacidades actuales. Se trata de exponerte a lo desconocido para favorecer tu crecimiento y es aplicable en cualquier ámbito. Al enfrentarte regularmente a situaciones incómodas, desarrollarás mayor confianza y fortaleza mental, además de trabajar en tu resiliencia, que se nutre enfrentando adversidades y aprendiendo de ellas.
Fomenta una mentalidad de crecimiento
Para los espartanos, los retos y las adversidades eran oportunidades de crecimiento y mejora. Entrenaban incesantemente para perfeccionar sus habilidades. Entendían que los errores eran parte del proceso de aprendizaje, un concepto ahora conocido como mentalidad de crecimiento en psicología. La psicóloga y profesora de Stanford Carol Dweck define la mentalidad de crecimiento como la oposición a la mentalidad fija. Aquellos con mentalidad fija creen que sus capacidades son inmutables, evitando desafíos por miedo a que los errores reflejen una falta de capacidad. En contraste, las personas con mentalidad de crecimiento creen que las habilidades se pueden desarrollar continuamente, ven el esfuerzo como un catalizador para el aprendizaje y los contratiempos como oportunidades para adquirir nuevas habilidades. Los espartanos, bajo esta perspectiva, cultivaban una mentalidad de crecimiento.
Una forma de fomentar una mentalidad de crecimiento es considerar el fracaso como una lección. Ante los errores, en lugar de castigarse, deberíamos reflexionar sobre lo que se puede aprender de ellos. Utiliza esa lección para mejorar y enfrentar futuros retos, sabiendo que no repetirás el mismo error.
Desarrolla la autodisciplina
Maximus Z. Russell menciona en su libro ‘Autodisciplina Espartana’ que la autodisciplina es clave para la libertad. No es una restricción, sino una herramienta que nos permite controlar nuestras vidas y alcanzar metas mediante la gestión de nuestros impulsos y la toma de decisiones conscientes. En el contexto espartano, la autodisciplina era crucial para su éxito en la batalla, ya que cada miembro debía comprometerse con su ejército.
La psicología sostiene que la autodisciplina es una habilidad que nos permite alcanzar metas a largo plazo. Nos ayuda a mantener el enfoque y evitar distracciones, incrementando nuestra productividad. También está ligada a un mayor bienestar y felicidad, ya que las personas disciplinadas tienden a alcanzar sus objetivos, generando una sensación de logro y satisfacción según los expertos. Se ha demostrado incluso que la autodisciplina es un mejor indicador del éxito académico que el coeficiente intelectual.
Incorpora el ejercicio físico
El dicho de mens sana in corpore sano es verídico. Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico beneficia la salud mental y cerebral. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico protege contra el Alzheimer según un estudio reciente, tiene efectos antidepresivos y es fundamental para mejorar el estado de ánimo, ralentiza el envejecimiento, influye en la memoria y mejora la capacidad cognitiva según los expertos. Practicar deporte no solo te mantendrá activo y en buena forma, sino que también cuidará tu cerebro, mejorará tu salud mental y te ayudará a ser más resiliente, una habilidad estrechamente vinculada a la fortaleza mental.
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