Desde hace años, el omega-3 ha sido protagonista en el debate sobre la salud cardiovascular, pero sus beneficios podrían ir más allá de lo que pensábamos, afectando incluso nuestro envejecimiento biológico.
Un freno al tiempo. Un estudio reciente ha revelado que los suplementos de omega-3 podrían ralentizar nuestro reloj epigenético, una medida del envejecimiento biológico. A lo largo del estudio, los participantes recibieron una combinación de omega-3, vitamina D y ejercicio regular.
¿Qué es el Omega-3? Se trata de un conjunto de ácidos grasos poliinsaturados comúnmente relacionados con el pescado (como el bonito del norte, atún blanco, caballa, salmón, sardinas y truchas). Sin embargo, también puede encontrarse en alimentos como las nueces, aceite de linaza, soja y semillas de chía.
Numerosos estudios han demostrado cómo las grasas omega-3 benefician la salud del corazón al disminuir los triglicéridos, reducir la posibilidad de arritmias y prevenir la acumulación de placa en las arterias, además de contribuir a bajar la presión arterial.
La investigación involucró a 777 personas. El estudio seguido en el marco del proyecto DO-HEALTH controló a personas de 70 años o más durante tres años. Estas recibieron un gramo diario de omega-3, 2.000 unidades internacionales (IU) de vitamina D y participaron en un programa de ejercicios en casa de 30 minutos, tres veces por semana.
Los resultados fueron publicados en la revista Nature Aging.
Cuatro metodologías de medición. Los investigadores utilizaron cuatro métodos de medición de edad biológica: PhenoAge, GrimAge, GrimAge2 y DunedinPACE. Notaron que los omega-3 impactaron favorablemente en tres de estas medidas (PhenoAge, GrimAge2 y DunedinPACE). Sin embargo, no hubo un efecto significativo cuando se aplicó solo vitamina D.
El análisis reveló que los omega-3 podían “ralentizar” el envejecimiento corporal, permitiendo a los participantes frenar su envejecimiento en un intervalo de 2,9 a 3,8 meses durante el periodo de estudio.
“Este resultado amplía nuestros hallazgos previos del proyecto DO-HEALTH, donde se vio que la combinación de omega-3, vitamina D y ejercicio tuvo un impacto notable, no solo en la reducción del riesgo de cáncer y prevenir la fragilidad temprana, sino también en el ritmo del envejecimiento biológico”, señaló Heike Bischoff-Ferrari, líder del estudio, en un comunicado.
El desafío de medir el envejecimiento. Evaluar nuestra verdadera edad biológica es complicado. Los investigadores emplearon varias métricas para obtener una visión más precisa del envejecimiento, aunque reconocen que aún hay limitaciones en su enfoque.
El equipo planea continuar explorando cómo el consumo de ácidos grasos influye en la longevidad y calidad de vida, aventurándose más allá de las enfermedades específicas para centrarse en aspectos generales, pero cruciales para la salud.
Imagen | Alesia Kozik / Gabin Vallet
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